El Extraordinario Félix Felíz

EL EXTRAORDINARIO FELIX FELIZ (resumen)
Jordi Sierra i Fabra

Al doblar la esquina y entrar en la calle, el hombre se detuvo, alzó la cabeza y leyó el rótulo: -CALLE ALEGRÍA.
Le gustó. Una calle llamada Alegría, por fuerza tenía que ser distinta, y sus vecinos una gente estupenda.
Cuando uno vive en la calle del general Matamuchos, uno que otro retorcijón salta en el estómago. Cada calletiene su misterio.
Pero la calle alegría...
El hombre dejo sus dos maletas en el suelo y sonrió tomándose un respiro.
-Bueno, veamos que hay por aquí-suspiró antes de echar a andar de nuevo.
Recogió las maletas y se internó en la calle. Dejó a tras una casa abandonada, otra de una sola planta en la que no se escuchaba el menor sonido, otra muy nueva cuyo rótulo decía se trataba de un edificio deoficinas, frío e impersonal. La siguiente era un cine. El hombre expandió más su sonrisa. Un cine en una calle, aunque fuese viejo como aquél, era un signo de felicidad.
La casa con el nº 9 en la puerta le hizo detenerse. El hombre puso su mano en una de las paredes y cerro los ojos.
Se concentró.
Despacio, pero sin pausa, todas las vibraciones del edificio parecieron concentrarse en aquelpunto, y pasaron a través de su mano hasta alcanzarle el corazón, el cerebro, su misma alma.
El hombre se inundó con ellas. Y se estremeció. Entonces retiró la mano, alzó la cabeza, miró el edificio con pesar, suspiró de nuevo, recuperó la sonrisa y, recogiendo las maletas, entró por aquella puerta de cristal.
No tuvo que llamar a la señora portera. Una mujer menuda, de expresión huraña, le salióal paso. Como buena celadora de la paz de sus vecinos , se le plantó delante con los brazos cruzados, estudiándole de arriba abajo a pesar de que el recién llegado sonreía y parecía inofensivo. Se fijó en las dos maletas.
-Si viene a vender algo, ya puede dar media vuelta- le dijo con poca simpatía-. Aquí no compramos nada.
-Estoy buscando un departamento para instalarme, buena mujer.
A la Sra.Portera nadie la había llamado jamás buena mujer . Frunció el ceño y observó de hito en hito a su visitante. Sospecho inmediatamente de él. Su trabajo era desconfiar de todo el mundo. Había mucho tunante suelto. ¿A qué venía aquella sonrisa?, ¡la gente no sonreía sí como así! La gente por lo general era antipática. Las personas caminaban por las calles con cara de malas pulgas . Así que se pusoen guardia.
-¿Un departamento?
Exacto, -Necesito un lugar para vivir y me ha gustado esta calle y esta casa.
La señora portera parpadeó- ayer mismo quedó vacío uno en el 8º piso. Que casualidad.
-¿Podría ocuparlo inmediatamente?
¿Por qué seguía sonriendo? La señora portera se inquietó más
-¿Y si era un famoso ladrón? ¿o un terrorista?. Lo primero que la gente preguntaba era el precio no sipodía ocuparlo.
-Es bastante caro le dijo
- De acuerdo ¿Cuánto cuesta el alquiler?
- 2000$ y otros tantos de garantía y por anticipado.
Nada se alteró en la cara del hombre, ni siquiera regateó. Introdujo su mano en uno de los bolsillos y extrajo todo el dinero pedido por la interlocutora.
Aquello no era lógico.
- Firmaré los papeles en cuanto me los suban. ¿Puede darme lasllaves?
Miró el dinero en la mano. Miró al hombre. Raro si era.
- ¿No quiere ver antes el departamento?. Puede que no le guste.
- No es necesario, me gustará.
Aquella sonrisa... La señora portera estaba convencida de que allí había gato encerrado, ya no pudo más
-¿por qué se ríe?
-Soy feliz- dijo con naturalidad el hombre.
Iba a decirle que “nadie era feliz”, pero se calló. A lopeor era tonto, o se había fugado del manicomio.
La señora Portera dio media vuelta, entró en la portería, dejo el dinero en una mesa y volvió a salir con las llaves, el hombre las recogió y tras agacharse para tomar las maletas dijo:
- Gracias, ha sido Ud. muy amable.
La Sra. Portera era consciente de que amable, lo que se dice amable, no lo había sido en absoluto. Se quedó mirando como...