el ezquimal y la mariposa
cuidaba moribundos, un luchador enmascarado que conoce cada historia de cada esquina de la cuidad, un matón joven traído de Medellín a Bogotá, un jefe de
redacción de un periódico amarillista, una pitonisa que intenta y manda a matar a su marido, un vendedor de armas de un mercado, un estratega impúdico y frio, un
escritor de crónicas rojas y el asesinato de Bernardo Jaramillo Ossa, Rodrigo Lara
Bonilla, Luis Carlos galán y Carlos Pizarro en 1990, son los rostros de una cuidad invisible en la cual la costumbre de la muerte es un imperante general.
Eso es "el ezquimal y la mariposa”; el mundo cansado pero resignado a las
relaciones con los días siempre grises y lluviosos donde se desplazan historias y voces de lo que nadie era permitido sorprender y mucho menos recordar.
Larus es quien mejor comprende la cuidad. En la lee, son palabras de acontecimientos y así se ubica. Aquí, quizás, está la esencia de la novela, el
aspecto histórico y político es una astucia para proponer un interés místico en el
lector. Lo interesante de este bajo mundo: los planes a de asesinato, el olor a sin cuidad, el sabor a novela negra, la frialdad de los personajes, sus retrospecciones
sobre Bogotá, sus delirios.
Sin motivo de la vida colombiana acostumbrada y fascinada por la muerte y que se representa en sus diferentes vindicadores, quienes apuntan con la voz, la pluma,
el arma y el silencio; solo habitando en ella luego de corromperse. Las descripciones de los lugares nos prefiguran a los personajes, pero estos
resultan aún más fantásticos y degradados. Los espacios están antes de la
entrada de los actores y el eje de acción, haciendo un recorrido prologuista. Aun mas particular en el estilo narrativo en cuanto a la relevancia del personaje
principal, coyote. Inicia con un narrador en tercera persona, donde coyote es dado ...
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