El Federalismo Y Centralismos
Y EL C ENTRALISMO
Josefina Z o r a i d a l V Á Z Q U E Z
El Colecto de Ivlsxico
E L P E R I O D O D E 1821 A 1854, que Lucas A lamán llamó " era de
las revoluciones de Santa A nna" y Robert Potash "de la
R epública t emprana", fue considerado como uno de los enfrentamientos entre federalistas y centralistas por quienes
a tribuyeron la inestabilidad dela etapa formativa del Estado
mexicano a la disputa por la forma de gobierno. Con el t ítulo
que sea, ha sido tradicionalmente una etapa marginada de
la h istoriografía. E n 1960, Potash afirmaba que era "el periodo peor comprendido" y en el que p odían hacerse mayores
contribuciones. V einticinco a ños m ás tarde encontraba que
" u n creciente n úmero de libros y a rtículos. . . mejorannuestra c omprensión de las realidades e conómicas de este periodo". W illiam T aylor e mitió u n d iagnóstico semejante sobre
el campo de la historia social que, beneficiado por estudios
de larga d uración, cancelaba la vieja p eriodización y s ugería
estudiar, como una u nidad, el periodo de mediados del siglo
X V I I I a mediados del X I X . Recientemente, Enrique Florescano se ha mostrado aúnm ás optimista al afirmar que la historiografía e conómica, social y c ultural requerida por Potash
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^ ALAMÁN,
1850.
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POTASH,
1961.
3
POTASH,
1961.
4
POTASH,
1985.
3
TAYLOR,
1985.
HMex, X L I I : 3 , 1993
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J OSEFINA Z ORAIDA VÁZQUEZ
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en 1960 h abía obtenido una respuesta c umplida, o pinión
de la queparece disentir F rançois-Xavier G uerra al t itular su
ensayo b ibliográfico " E l olvidado siglo X I X " .
E n el á mbito restringido de la historia p olítica el d iagnóstico no puede sino ser pesimista, pues esta é poca no sólo ha
sido relegada, sino que en la utilizada como referencia para
estudios de otros campos prevalece la i nterpretación del siglo
X I X como un simple periodo derevoluciones y dictaduras;
es decir, sigue arrastrando acusaciones que en su tiempo se
le h icieron. Esta imagen, que fue ú til para la h istoriografía
oficial de los liberales triunfadores —las fuerzas del progreso—, para desacreditar a sus oponentes conservadores —las
fuerzas de la r eacción—, fue utilizada h ábilmente para j ustificar l a dictadura de P orfirio D íaz como necesaria para superar elcaos que la h abía antecedido.
Resulta sorprendente que se considere a la dictadura como característica de la historia mexicana del siglo X I X . A n tes de la porfirista (1884-1911), su p ráctica fue excepcional en
M éxico: A ntonio L ópez de Santa A nna, de octubre de 1841
a j ulio de 1843; Mariano Paredes y A rrillaga, de enero a
agosto de 1846, y nuevamente Santa A nna, de marzo de 1853
aagosto de 1855. E l m ítico Santa A nna, el s ímbolo del
" hombre fuerte", del " caudillo" del siglo X I X que ha sido
s ímbolo de la dictadura, siempre tuvo un sitio temporal por
poder, y no sólo porque marchaba a "manga de clavo", sino
porque no tardaba en perderlo, pues nunca l ogró el dominio
nacional. E n realidad, entre 1821 y 1855 el ú nico líder que
«tuvo u n c arácter nacional fueA gustín de I turbide, gracias a
u na amplia alianza de grupos sociales.
Creemos que es necesario poner al día los juicios m anidos, pues la historia que se desprende de la lectura de los documentos resulta diferente. Es imposible negar la inestabilidad e ndémica de los gobiernos no sólo en H ispanoamérica
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FLORESCANO,
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GUERRA,
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1 989,
1 991,
p p.
p.
49.5 93-631.
C o n t e m p o r á n e a m e n t e se c o n s i d e r ó d ictadura la ejercida por el vicepresidente V a l e n t í n G ó m e z F a r í a s , q uien e jerció f acultades extraordinarias q ue u tilizó p ara p oner en vigor la famosa ' ' ley del caso" que autorizaba l a e x t r a d i c i ó n d e individuos, sin juicio, por sus inclinaciones p olíticas.
E L F EDERALISMO Y E L C...
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