el feminismo

MICHEL, Andreé, El feminismo. Biblioteca Acutal, 1988 (1979). Selección.

Introducción

La palabra féminisme ha entrado en la lengua francesa a partir de 1837. El Dictionnaire Robert lo define como “una doctrina que preconiza la extensión de los derechos, del papel de la mujer en la sociedad”. Pero no se puede separar el pensamiento de la acción.
A partir de que el concepto fue forjado enFrancia, la doctrina ha ido acompañada de acciones múltiples para aumentar los derechos y el papel de las mujeres en la sociedad. Por ello, la definición del “feminismo” también debería incluir las prácticas, y no solamente la doctrina.
Desde hace quince años, la teoría feminista ha forjado conceptos nuevos para el análisis de la condición de las mujeres, conceptos que se han impuesto en la lenguafrancesa y que han encontrado su legitimidad en el Robert. Las feministas de hoy denuncian el “sexismo”, así como los negros en los Estados Unidos o los trabajadores de color en Francia acusan el racismo; el sexismo es la “actitud de discriminación ante el sexo femenino [...]”.
[…] para las feministas […] el sistema patriarcal, no sólo es una denominación. Es, asimismo un sistema que utiliza, yaabiertamente, ya de manera sutil, todos los mecanismos institucionales y ideológicos a su alcance (el derecho, la política, la economía, la moral, la ciencia, la medicina, la moda, la cultura, la educación, los medios de información de masas, etc.) para reproducir esta dominación de los hombres sobre las mujeres, así como el capitalismo los utiliza para perpetuarse.
[…] la ciencia no es neutral:es tendenciosa, por el hecho de que se desarrolla en una sociedad sexual y socialmente estratificada. En un mundo en el que el poder es masculino, la historia se interesa por la condición pasada de los campesinos y de los obreros (después de haberse interesado casi exclusivamente por la de los poderosos), pero hasta hoy ha ocultado la de las mujeres.
Y cuando el historiador, el prehistoriador,el etnólogo o el sociólogo abordan la condición de las mujeres, la mayoría de las veces lo hacen de manera androcéntrica, proyectando su propio modelo de los papeles masculinos y femeninos sobre las sociedades pasadas o contemporáneas.
[…] O bien se proyecta sobre el sistema social estudiado la concepción de un poder que es propio de la sociedad del observador, pero que es ajena a ese sistema.[…] la ocultación, las más de las veces es inconsciente, es la actitud más frecuente del investigador de ciencias sociales, confrontado con la condición de las mujeres. Otro ejemplo notable nos lo ofrece la estadística contemporánea del trabajo: se supone que las mujeres en el hogar “no trabajan”, mientras que el total de sus horas de trabajo doméstico iguala o sobrepasa el total de las horasasalariadas o que dan derecho a un ingreso.

La condición de las mujeres en el siglo XIX

Es por su producción doméstica no mercante por lo que mujeres reproducen la fuerza de trabajo de sus maridos y de sus hijos que éstos pueden vender en el mercado de trabajo.
[...]La producción doméstica no es más que un aspecto de la producción no mercantil de las mujeres. En una época en que los pequeñospropietarios (pequeños artesanos, comerciantes, etc.) eran más numerosos que los obreros, los primeros no podían sobrevivir y soportar la competencia más que aprovechando la ayuda no remunerada de su esposa en el taller o en la tienda.
Para las esposas de los obreros que no habían tenido acceso a la pequeña propiedad les quedaba el trabajo en la fábrica, siempre disputado y pagado al más vil precio.En esas condiciones llegó a su apogeo la ideología de la mujer en el hogar, pues todo el mundo ganaba con ello o creía ganar: los patronos que se crean una mano de obra de reserva, los pequeños propietarios que encuentran allí una mano de obra gratuita en forma de “ayuda familiar”, y los obreros temerosos de la competencia.
[…] en Francia la reprobación del trabajo femenino se extiende a los...