El festin de babette
AUTOR: Félix Socorro
Tal vez uno de los paradigmas más arraigados que posee nuestra sociedad puede ubicarse en la creencia de que una vez que ocupamos una posición en la empresa nuestra tarea de buscar empleo ha terminado y, de inmediato, ha comenzado otra orientada a mantenernos en ella. Nada más contrario a lalógica y la razón. Visualicemos por un momento la situación anterior haciendo un símil con la figura de un deportista aficionado a la carrera. Para él, mantenerse en forma, significa entrenar diariamente, exigirse día a día un poco más, cuidar la dieta, evitar excesos, medir sus logros y, una vez que los alcanza, inmediatamente buscar la manera de poder superarlos. El que un corredor llegue a la metaen un minuto treinta segundos no le proporciona estabilidad, jamás se plantea mantener el mismo ritmo y alcanzar cada vez que compita la misma marca, por el contrario, observa la puntuación como una barrera que pronto deberá rebasar. Sencillamente es un corredor. Pero en el entorno laboral la lógica es distinta, pues, al contrario del deportista, la tendencia está más orientada a cuidar la marca,o sea, mantener el empleo, que a dedicarse a romperla, todo ello debido a que nos observamos más como empleados que como profesionales empleables. Y ello tiene su razón de ser. En el competitivo mundo en que vivimos, donde la oferta supera la demanda, cuidar el empleo más que una señal de "incapacidad a asumir retos" o "poca disposición al cambio" se ha convertido en una necesidad, el profesionalpromedio tarda entre seis y ocho meses en ubicarse nuevamente en el mercado laboral, y ello, aunado al estrés que genera la falta de ingresos, es una experiencia que difícilmente se desee repetir. Es por esa razón que una vez alcanzada la meta, al volver a formar parte del equipo empresarial, la tendencia a aferrarse a la posición es inmediata y ello que supone la responsabilidad de un rendimientosuperior al promedio, pues de lo contrario la amenaza de ser reemplazado estará siempre presente. Es ahí donde se intercambia un estrés por otro, donde dejamos de preocuparnos por ser contratados y comenzamos a obsesionarnos por mantenernos empleados. Pero, ¿es que acaso estar empleados es la meta final? ¿Se trata, entonces, de mantenernos atados a un trabajo todo el esfuerzo que hacemos? Además¿quién nos asegura que ése es el empleo que merecemos y que no había uno mucho mejor a la vuelta de la esquina? Por otro lado ¿no se contradicen las tendencias mundiales con la realidad? En la actualidad se asegura que vale más veinte experiencias vividas en un año que veinte años repitiendo una experiencia. El uso y las costumbres administrativas, hasta ahora presentes, nos han hecho suponer quelo importante es prolongar nuestra permanencia en un empleo hasta que la misma se extinga por razones ajenas a ambas partes. Cuando se revisa un resumen curricular cuyos lapsos de trabajo son breves inmediatamente se tiende a suponer que estamos en presencia de inestabilidad, olvidando completamente que la experiencia no se mide por el tiempo sino por la intensidad.
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Pero la premisa deltiempo se mantiene presente, como un paradigma permanente, y ello obliga de manera inconsciente al profesional a autolimirtarse e impedir que se desenvuelva en el mercado laboral con la libertad y la amplitud que sus conocimientos le ofrecen... El profesional de verdad no es un empleado, es empleable. Ser un profesional empleable rompe con el concepto tradicional, tan arraigado en nuestras empresas yresumido en el dicho popular "el ojo del amo engorda al ganado". Al contrario de lo que ello expresa, la labor de este individuo es la de transferir conocimiento, generar confianza y promover el liderazgo colectivo y no individual, haciendo posible que en su ausencia, el equipo de trabajo sea lo suficientemente capaz de desempeñarse igual o incluso mejor que cuando él está presente. Un...
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