el fin
NUEVOS PARADIGMAS PARA LA PASTORAL JUVENIL
Carlos Ceballos y Fernando Ríos y Valles
La juventud es renovado comienzo; persistencia de la vida y superación de la muerte. No tiene sólo un sentido biológico, sino también sociológico cultural psicológico y espiritual en efecto, frente a las culturas que muestran signos de vejez y caducidad, la juventud está llamada a portar unarevitalización... una perenne «reactualización de la vida.» por eso en la juventud así entendida, descubre también la iglesia, un signo de sí misma. Medellín 5,10.11
Podemos constatar como un hecho irrefutable y preocupante, el éxodo masivo de las y los jóvenes de la Iglesia institución. La toma de posición de los jóvenes y sus culturas, su «desacralización» del mundo y de las instituciones, es unterremoto que sacude a la Iglesia. Los jóvenes están buscando en otros lugares, fuera de la Iglesia, los sentidos que llenan su vida. Este es un problema complejo, que ciertamente tiene múltiples facetas. Frente a él hay distintas respuestas:
Hay quienes pretenden ignorarlo, manteniendo los mismos modelos de pastoral que siempre ha utilizado (aunque con menos convocatoria) con una pastoral de estilo«sectario».
Hay quienes ven el problema sólo en los jóvenes, y se la pasan lamentando las carencias de esta generación «postmoderna».
Y hay otros que se plantean el problema de frente, y hacen una autocrítica, preguntándose si la propuesta pastoral de la Iglesia responde a las necesidades y a los problemas sentidos por las y los jóvenes de hoy. 0 incluso se preguntan si la manera como establecemosla relación con el mundo juvenil, permite, de hecho, un anuncio gozoso de la buena nueva del Reino.
No podemos olvidar que los jóvenes son catalogados como sismógrafos para los procesos sociales de cambio; en sus vivencias y en sus reacciones y también en sus padeceres, se muestran los puntos de ruptura de los procesos sociales. La juventud es un valor vinculan-te, que puede promover procesosde democratización y participación en nuestras instituciones, y que evidencía las fracturas de nuestra sociedad y de nuestra Iglesia. Por tal motivo, consideramos que la juventud, más que una etapa cronológica, es una referencia ética, política, social y cultural, que a todos nos permite cuestionar nuestros valores y pensar el futuro.
Esta visión de la juventud, es contrastantementeoptimista con la que comúnmente tenemos. Para algunos sectores gubernamentales los jóvenes son, en su mayo-ría, delincuentes en potencia; se sospecha de ellos por su manera de vestir o asociarse. Es una voz común entre algunos adultos el que los jóvenes, dicen están perdiendo los valores; que han pasado de la libertad, al libertinaje. Se habla de ellos como una generación extraña, «la generación X».O, en el mejor de los casos, se les califica como postmodernos, que dentro de una larga lista de defectos, tienen algunas cualidades.
Hay que decir además, que el mundo juvenil, con sus nuevas identidades, está tomando-distancia de muchas de las instituciones de la sociedad: iglesias, gobierno, partidos políticos, instituciones públicas, empresas, e incluso, de las instituciones educativas (puedeobservarse una creciente deserción escolar).
A la base de esta visión, hay una dificultad de diálogo entre el mundo de los adultos y el de los jóvenes. De hecho, los mecanismos de relación entre las culturas juveniles y las instituciones están dañados. La Encuesta Nacional de juventud, realizada en México en el año 2000, hace una constatación muy interesante al respecto: la encuesta muestrael relativo fracaso de las instituciones que participan, atienden o acompañan al jóven —escuela, iglesia, partidos sindicatos, etc.—. El joven tiene presente el ser objeto de interés cuando es visto como problema por la sociedad, pero no percibe el recibir respuesta a sus demandas. Esto ayuda a explicar, a nuestro parecer, el rechazo y la desconfianza de las y los jóvenes frente a las...
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