El final del cosmos
Páginas: 2 (289 palabras)
Publicado: 16 de septiembre de 2014
El final del cosmos
Algún día, el universo se apagará: ya no habrá resplandecientes galaxias, ni ardientes estrellas. Ni siquiera modestos planetas como la Tierra o delicados satélitesa la deriva. No quedará nada más en el espacio, salvo silencio y oscuridad. Será una soledad fría, pero también tranquila, maravillosamente tranquila y grande. Para ese entonces, elreloj del universo marcará cifras desmesuradas, nuestra precoz edad de 15 millones de años, representará apenas un grano de arena en el gigantesco desierto del tiempo cósmico. Para losreligiosos, será la mano del todopoderoso quien decida el destino de la creación; para los astrofísicos, la energía oscura; una fuerza invisible, que ocupa casi todo el espacio y precipitará laexpansión del universo, provocando así su inevitable fin. Albert Einstein fue el primero en predecirla, con sus estudios sobre la constante cosmológica1, y a pesar de que después seretractaría de ella, hoy en día, aún permanece como un punto sólido para explicar el “Big Freeze”2, la teoría más aceptada sobre el conmovedor escenario final de la existencia: los cuerposcelestes se fusionarán hasta el infinito formando mega-galaxias; luego los gases de las estrellas se extinguirán y una a una, todas se irán apagando; la eterna oscuridad será solamenteinterrumpida por aisladas y fugaces explosiones de supernovas; antes de dar lugar, gracias a la radiación Hawking3, a super-masivos hoyos negros que vacíen todo resto de materia duranteeones4, acto seguido ellos mismos se consumirán mutuamente y los últimos gigantescos agujeros se evaporarán sobre sí, devorando incluso el tejido del espacio-tiempo. Justamente ahí, en éseestado arbitrario, podremos hablar ya de una muerte más definitiva. Perpetua y efímera al mismo tiempo, excesivamente paradójica y completamente natural.
Amaury Moreno Franco
Algún día, el universo se apagará: ya no habrá resplandecientes galaxias, ni ardientes estrellas. Ni siquiera modestos planetas como la Tierra o delicados satélitesa la deriva. No quedará nada más en el espacio, salvo silencio y oscuridad. Será una soledad fría, pero también tranquila, maravillosamente tranquila y grande. Para ese entonces, elreloj del universo marcará cifras desmesuradas, nuestra precoz edad de 15 millones de años, representará apenas un grano de arena en el gigantesco desierto del tiempo cósmico. Para losreligiosos, será la mano del todopoderoso quien decida el destino de la creación; para los astrofísicos, la energía oscura; una fuerza invisible, que ocupa casi todo el espacio y precipitará laexpansión del universo, provocando así su inevitable fin. Albert Einstein fue el primero en predecirla, con sus estudios sobre la constante cosmológica1, y a pesar de que después seretractaría de ella, hoy en día, aún permanece como un punto sólido para explicar el “Big Freeze”2, la teoría más aceptada sobre el conmovedor escenario final de la existencia: los cuerposcelestes se fusionarán hasta el infinito formando mega-galaxias; luego los gases de las estrellas se extinguirán y una a una, todas se irán apagando; la eterna oscuridad será solamenteinterrumpida por aisladas y fugaces explosiones de supernovas; antes de dar lugar, gracias a la radiación Hawking3, a super-masivos hoyos negros que vacíen todo resto de materia duranteeones4, acto seguido ellos mismos se consumirán mutuamente y los últimos gigantescos agujeros se evaporarán sobre sí, devorando incluso el tejido del espacio-tiempo. Justamente ahí, en éseestado arbitrario, podremos hablar ya de una muerte más definitiva. Perpetua y efímera al mismo tiempo, excesivamente paradójica y completamente natural.
Amaury Moreno Franco
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