El Gato Negrp
Ni espero ni pido que se me crea el muy salvaje y, no obstante, muy domestico relato que estoy a punto de escribir. Loco habría de estar ciertamente si esperaba tal cosa cuan losmismos sentimientos míos rechazan la propia evidencia. Mas ni estoy loco, ni mucho menos soñando: mañana moriré y hoy siquiera descargar mi alma. Mi propósito inmediato es exponer ante el mundo consencillez, brevedad y sin comentarios una serie de hechos puramente domésticos que por sus consecuencias me han horrorizado, me han torturado, me han destruido. Sin embargo, no intentare interpretarlos.Aunque a mí solo me han ocasionado el terror, a otros, más que terribles les parecerán barrocos. Quizás más adelante se encuentre alguna inteligencia que reduzca mi fantasma a lo ordinario. Algunainteligencia más serena, más lógica, menos excitable que la mía, percibirá en las circunstancias que yo narro con pasmo tan solo una sucesión ordinaria de causas y efectos muy naturales.
Desde la infanciame caractericé por lo dócil y humanitario de mi modo de ser. La ternura de mi corazón era tan conspicua que se convertía en motivo de broma entre mis compañeros. Como se destacara mi amor a losanimales, mis padres me los consistieron en gran número. Con ellos gastaba la mayor parte del tiempo y jamás me hallaba tan feliz como cuando alimentaba o acariciaba. Esta peculiaridad de mi carácter fuecreciendo ala crecer yo, y al hacerme hombre derive de ella una de mis principales fuentes de placer. A quien hay disfrutado del cariño de un perro fiel y sagaz, no tengo que tomarme la molestia deexplicarle la naturaleza o la intensidad del goce que de allí se deriva. Hay algo en el generoso y sacrificado amor de un bruto que va derecho al corazón de quien a tenido frecuentes ocasiones de probarla mezquina amistad y la frágil fidelidad del que solo es un hombre.
Me casé joven, y tuve la alegría de hallar en mi esposa una disposición no compatible con la mía. Como observase ella mi...
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