El Gemelo
Observé la mesa del comedor vacía. Derek se había ido con unos amigos de fiesta. Jenny no había salido de la habitación. Estaba empacando sus cosas ¿Y yo? Sentado como un imbécil, esperando a que ella saliera de su cueva. Se iba. Mierda, se iba. Y no tenía idea de cómo detenerla. Tenía que pensar en algo.
La puerta de la habitación se abrió. Jenny salió arrastrando unasmaletas.
—Ya me voy, Justin.
Aunque sonaba muy segura, en sus ojos estaba la duda. No me dejes ir…
—Por favor, Jenny —me levanté del asiento y caminé hacia ella—. No te vayas.
Jenny suspiró.
—Ya lo he decidido, Justin. No hagas las cosas más difíciles.
— ¿Qué hago, nena? Hago lo que quieras. Te lo juro, Jenny. No quiero que te vayas. Te amo.
Ella pareció dudarlo.
—Sé que lo vas a arruinar todo denuevo, Bieber —suspiró—. Me defraudaste.
—Oh, Jenny. Lo sé —tomé sus manos entre las mías—. Haré lo que sea, te lo juro. No quiero perderte.
Jenny dudó de nuevo.
— ¿De qué estás asustado, Justin?
Fruncí el ceño.
—De perderte, claro.
Ella frunció el ceño.
— ¿Solo de eso?
— ¿Hay algo más importante por lo cual deba estar asustado?
Jenny soltó una maldición.
— ¿Ves como no vas a cambiar?¡Te dije algo importante aquella noche! ¿No lo consideras importante?
Oh, mierda. Derek, voy a matarte ¿Qué demonios le dijo Jenny al idiota de mi gemelo?
—Si…esto…claro, pero lo más importante ahora es no perderte.
— ¡Debería ser ‘no perdernos’! —soltó nuestras manos—. Mierda, Justin. ¡Eres un irresponsable!
Jenny tomó las maletas y se marchó sin poder detenerla. No importaba cuanto lesuplicara, al final ella terminó por irse. Tomé el móvil y llamé a mi hermano.
— ¿Qué? —respondió tajante.
— ¡Pedazo de idiota! ¡Vas a decirme en este instante que fue lo que te dijo Jenny en aquella cena!
—Pregúntale.
—Resulta que te estoy preguntando a ti, ¡no a ella!
Lo oí suspirar.
—Qué se yo, Justin. Tu noviota dijo muchas cosas.
Oh, odiaba que le llamara de aquella forma. Era la estúpidaunión de Novia+Idiota.
—Derek Drew Bieber, me vale mierda que mi novia no sea de tu puto agrado. Yo la amo y soy yo el imbécil con el que está teniendo una relación, con el que se acuesta y con el que está cabreada como una gata en celo. Así que, quieras o no, vas a tener que decirme que carajo está pasando.
Derek bufó.
—Ya, como sea ¿Qué quieres saber?
— ¿Qué te dijo en la cena? Parece ser algomuy importante, porque acabamos de discutir por eso.
—Pues sí, lo es.
— ¿Entonces?
—Jenny dijo que estaba embarazada. Tenía casi dos meses.
Tragué en seco, sorprendido. El corazón me latió a mil por hora. ¿Embarazada?
Oh.
¿Jenny estaba embarazada?
Madre
¿Iba a ser padre?
Mía.
Repentinamente todo tuvo sentido. Su coraje, querer renunciar, el sentirse desilusionada, el querer irse…
— ¿Porqué diablos no me dijiste nada, Derek? —grité histérico—. ¡Mi hijo! ¡Jenny está esperando a mi hijo!
—A ver, Justin. Si no te enterabas que ibas a tener un hijo, Jenny se iría y todos felices.
—Eres un egoísta de la mierda, Derek —reí de la frustración—. No puedo creer que hicieras esto.
—Tu novia no me agrada, punto. Sopórtalo, no tienes de otra.
— ¿Sabes qué? Hablemos cuando madures, bebé.Colgué. Oh, mierda. Mi familia…Mi familia acaba de atravesar esa puerta, para no volver jamás ¿Qué hago, por Dios?
Capítulo cuatro.
Cuando al otro día la vi en los ensayos, una sensación de alegría me inundó de pies a cabeza. Que no me importaba ahora lo que Derek había hecho. No, de verdad. Me vale una mierda. Todo lo que quiero es recuperarla. Como sea, de cualquier modo.
—Este, ¿Jenny? —lallamé.
Ella puso los ojos en blanco, habló unas palabras con unas chicas y caminó hacia mí.
— ¿Qué? —me espetó.
Au, tranquila.
—He pensado las cosas. Las he pensado bien, nena. He pasado toda la noche pensando y pensando —tomé su mano y le sonreí—. Me asusta perderte, mucho, pero más me asusta perderlos. A los dos. A ti y a nuestro hijo.
Jenny se derritió, mirándome con aquella mirada tan...
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