El gigante egoísta de edgar allan poe

EL GIGANTE EGOÍSTA Todas las tardes, según salían de la escuela, los niños iban a jugar al jardín del Gigante. Era un jardín grande, precioso, de suave hierba verde. Flores hermosas como estrellas salpicaban la hierba y doce melocotoneros florecían en primavera en delicados tonos rosa y perla, y daban sabrosa fruta en el otoño. Los pájaros se posaban en los árboles y cantaban con tanta dulzuraque los niños detenían sus juegos para escucharlos. -¡Qué bien lo pasamos aquí! –se decían unos a otros. Un día regresó el gigante. Había ido a visitar a su amigo el ogro de Cornualles y allí se había quedado siete años. Cuando transcurrieron los siete años ya había dicho todo lo que tenía que decir, porque no era muy hablador, y decidió regresar a su castillo. Al llegar vio a los niños que jugabanen el jardín. -¿Qué hacéis ahí? –gritó con tono malhumorado, y los niños echaron a correr. -Mi jardín es solo mío –dijo el Gigante-; eso lo entiende todo el mundo, y no voy a dejar que nadie juegue en él, solo yo. Levantó, pues, un muro alto todo alrededor y puso un aviso: PROHIBIDO EL PASO. Era un Gigante muy egoísta. Los pobres niños no tenían ya dónde jugar. Intentaron hacerlo en la carretera,pero en la carretera había mucho polvo y estaba sembrada de duras piedras, y a ellos no les gustaba. Cuando salían de clase se quedaban rondando el paredón y hablaban del hermoso jardín que había dentro. -¡Qué bien lo pasábamos ahí! –se decían unos a otros. Luego llegó la primavera y todo el paisaje se llenó de florecillas y pajarillos. Tan solo en el jardín del Gigante egoísta seguía siendoinvierno. Los pájaros dejaron de cantar en él porque no había niños, y a los árboles se les olvidó florecer. En cierta ocasión una bella flor asomó la cabeza entre la hierba, pero cuando vio el aviso lo sintió tanto por los niños que volvió a esconderse en la tierra y se quedó dormida. Las únicas contentas eran la nieve y la escarcha. -La primavera se ha olvidado de este jardín –gritaban-, así que aquínos quedamos a vivir todo el año. La nieve cubría la hierba con su gran manto blanco y la escarcha plateaba todos los árboles. Luego invitaron al viento del norte a quedarse con ellas, y él vino. Iba envuelto en pieles y se pasaba el día bramando por el jardín y derribando con su soplo las chimeneas.

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-Este es un sitio delicioso –dijo-, hay que pedirle al granizo que venga a visitarnos. Yvino el granizo. Tres horas al día tamborileaba en el tejado del castillo hasta casi acabar con la cubierta de pizarra y luego giraba y giraba por el jardín con todas sus fuerzas. Vestía de gris y su aliento era como el hielo. -No entiendo por qué tarda tanto la primavera –dijo el Gigante egoísta, que se había sentado junto a la ventana y contemplaba el blanco jardín helado-. Espero que cambie eltiempo. Pero la primavera nunca llegó, ni llegó el verano. El otoño dejó frutas doradas en todos los huertos, pero no así en el jardín del Gigante. -Es demasiado egoísta –dijo el otoño. Así que allí siempre era invierno, y el viento del norte y el granizo y la escarcha y la nieve bailaban entre los árboles. Una mañana, el Gigante estaba en la cama despierto cuando oyó una música muy hermosa. Lepareció tan agradable que pensó que debían de ser los músicos del rey que pasaban por allí. En realidad era solo un pequeño verderón que cantaba en la ventana, pero hacía tanto tiempo que no oía a un pájaro en su jardín que le pareció la música más bella del mundo. El granizo detuvo cabeza abajo su baile, el viento del norte dejó de bramar y un perfume delicioso le alcanzó desde la ventana abierta.-Creo que por fin ha llegado la primavera –dijo el Gigante. Saltó de la cama y miró al exterior. ¿Y qué vio? Vio una escena maravillosa. Los niños se habían abierto paso por una pequeña grieta del muro y estaban subidos a las ramas de los árboles. En todos los que alcanzaba a ver había un niño. Y los árboles estaban tan contentos de volver a tener a los niños que se habían cubierto de flores y...