El Gimnasio de mi barrio
El gimnasio es una vieja casa reacondicionada en un barrio popular de Ciudad Bolívar. Encima de la persiana metálica de la entrada hay un aviso luminoso: Gimnasio. Lascintas, elípticas y bicicletas estáticas están alineadas donde antes estaban la sala y el comedor; muchas no sirven. La casa se amplió a una parte del patio. Debajo de un techo de zinc y sobre un tapetede caucho agrietado, que cubre a duras penas el piso de cemento, se extienden las máquinas de musculación, la mayoría de ellas remendadas. Donde antes estaban las habitaciones derribaron las paredes yconstruyeron un solo salón para los aeróbicos. El garaje alberga el área de pesas libres, territorio prácticamente exclusivo de los hombres. A veces se asoman niños descalzos y sin camisa para reírsede las caras de sufrimiento que ponemos. Del otro lado de la calle hay un paradero donde se detienen buses repletos de pasajeros que se quedan mirándonos extrañados.
Casi todos los espejos delgimnasio están rotos. Las paredes se ven sucias y la pintura desconchada, sobre todo a una cuarta del piso, donde la gente tiende a recostar los discos de hierro. Hay calados en casi todas las paredes, queapenas alivian el calor abrasador. Unos cuantos afiches, amarillentos y cuarteados por el vapor y los sudores, adornan las paredes: uno de ellos siempre me ha llamado la atención. Es Sergio Oliva,apodado El Mito: el único latino que ha ganado Míster Olympia. Lo hizo en tres ocasiones consecutivas, de 1967 a 1969, y fue el único fisicoculturista en dejar a Arnold Schwarzenegger de segundo en elpodio. Su cara mestiza podría ser la de cualquier parroquiano y eso de alguna forma alienta a más de un usuario del gimnasio.
En el salón de aeróbicos hay otros afiches: Pamela Anderson y SofíaVergara. Varios carteles, manchados como si alguien se hubiera limpiado en ellos, advierten: “No limpiarse en las paredes. Demostremos nuestros buenos modales”. Otros pequeños carteles informan el horario...
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