EL GIRASOL
Crucé rápidamente la avenida atestada de carros, alborotada por el bullicio de los vendedores ambulantes de minutosde celulares, paraguas, refrescos, helados y tantas otras cosas que no se alcanzaban escuchar con claridad y tenia que adivinar en aquella algarabía.Justo al frente de la acera en enormes letras se leía “BANK” sus llamativas letras rojas y doradas hacían de esa calle tan corriente algo diferente.
Meacerque y una enorme puerta se abrió a mi paso, “ufff” de delicia… allí todo era diferente, el aire era naturalmente fresco y la cara sonriente de las personasinvitaba a olvidarse el mundo exterior.
Recorrí con la mirada la enorme estancia de sillas rojas perfectamente organizadas de manera semicircular, sindejar de reparar en las enormes y rápidas filas de los usuarios, impulsivamente tome un folleto de una ranura de cristal que me disponía a llenar, pero mimirada quedó fija en una hermosa silueta que recorrió la oficina.
Era esbelta, delicada, suave, sacudí mi cabeza hacia los lados a manera de negación, paradespertarme, pero no era un sueño, todo era real.
La vi. Caminar “si así se le pueda llamar a esa danza de su andar cadencioso” y perderse tras una
Regístrate para leer el documento completo.