El gobierno de los jesuitas

EL GOBIERNO DE LOS JESUITAS


Desde los tiempos de la fundación, san Ignacio tuvo siempre especial preocupación por el modo de gobernar la Compañía de Jesús de modo eficaz y paternalsimultáneamente, condensando esta inquietud en la expresión “la unión de los ánimos”1. Así titula nuestro Fundador el primer capítulo de la parte octava de las Constituciones de la Compañía, dedicada toda ella a“lo que ayuda para unir los repartidos con su cabeza y entre sí”2.

Cuenta el P. Gonçalves da Câmara en su Memorial los muchos detalles en que se manifestaba el amor que el Padre Ignacio tenía por sussúbditos: “primero, la gran afabilidad del Padre; segundo, el gran cuidado que tiene de la salud de todos, que es tan grande, que casi no se puede alabar como se merece; tercero, el Padre tiene talmodo de proceder, que las cosas de que se puede herir el súbdito, nunca se las dice, a no ser por medio de otro, sin que el súbdito piense que el Padre ha tenido que ver con aquello; y por elcontrario, de las cosas con que se puede alegrar, el Padre se hace su autor”3. Y continúa: “Esta afabilidad se manifestaba en que, cuando encontraba por la casa a algún Hermano, le mostraba un rostro tanrisueño, y le acogía tan bien, que parecía quererle meter en el alma… No obstante, con todos guardaba la gravedad debida, no comunicando más que con los superiores inmediatos y consultores imprescindibleslas cosas que no podía menos de tratar para el buen gobierno de la Compañía. De modo que podemos decir que con todos fue afable, y familiar con ninguno”4

Un modo constante de proceder entre losjesuitas es el discernimiento de espiritus, para “buscar y hallar la voluntad de Dios” en todas las cosas y, como no podía de ser de otra manera, este modo está presente desde los comienzos en el gobiernode la orden. Las grandes decisiones se tomaban después que todos los profesos de la naciente Compañía se reunieran para ponderar ante el Señor los “cómodos” e “incómodos” de tal o cual asunto y...