el gran simulador
Rafael loret de mola.
a cuya presentación optaron por no acudir los dirigentes del PRD a quienes había invitado con la confirmación respectiva, precisamente Andrés ManuelLópez Obrador y Porfirio Muñoz Ledo, mientras que Vicente Fox, entonces gobernador de Guanajuato, fue el primero en llegar–, supo esperar su momento sin dejar de dirigir las fuentes delverdadero poder desde sus asientos en Washington. Alega que debe trabajar porque no hizo fortuna en el poder; las fuentes más cercanas a mí, observan lo contrario: sus haberes son mayores a los decualquiera de sus predecesores y sucesores, lo que ya es decir, bajo el alegato de sus múltiples consejerías entre las multinacionales por él beneficiadas y en las Naciones Unidas en donde tienecomo misión central... ¡luchar contra la pobreza mundial! Precisamente él, quien más nos depauperó.
El personaje es todo un caso. Ninguno de los ex presidentes que han sido, en diversasépocas, ha acaparado mayor influencia que él y, sin embargo, la leyenda negra corre por cuenta de Carlos Salinas, designado el jefe de la mafia por López Obrador, cuando el señor Ernesto maneja lascosas detrás de bambalinas y funge como el gran intermediario entre el gobierno de México y los centros del poder en los Estados Unidos. El embajador mexicano, actualmente Arturo Saruckan, essólo parte de la escenografía diplomática.
Y se sigue moviendo, no sólo por la fuerza que le otorga la cercanía con las fuentes gubernamentales estadounidense, sobre todo la Casa Blanca, unaestructura permanente que no pone y quita el residente temporal de la misma sino funciona como una institución formal, esto es una maquinaria a punto, perfectamente aceitada. Algo hay detrás. Losmenos perceptivos hablan de la CIA, a la que pertenecieron personajes de la talla de Luis Echeverría y Fernando Gutiérrez Barrios; otros, hemos indagado en otra institución: la masonería.
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