El grito del ahuehuete


El grito del AhuehueteParecía ser una mañana como cualquier otra. Los pequeños árboles alegres en el bosque música de fondo una tarde los árboles maduros charlaban como siempre sobre lo maravilloso era ver sus pequeños crecer,
crecer y crecer cada día más.

Nada hubiera sido tan distinto ese día si el viejo abuelo Ahuehuete no hubiera lanzado aquel terrible grito de dolor. Sorprendidos,todos los árboles del bosque giraron sus ramas hacia él tratando de consolarlo de algo que nadie sabía aún qué era.


El Encino preguntó:
--¿Qué sucede, abuelo? ¿Te sientes mal?
-- ¡Ayyyy! Mis ramas están tan débiles que las hojas de mi cuerpo han empezado a caer sin remedio. Estoy tan viejo que ya no me es posible sostenerlas.

--¿Viejo? –exclamaron todos en coro
--Sí, viejo. ¿Quéotra cosa podría ser?

--Pero, abuelo dijo un pequeño arbusto-; tú no estás viejo. ¿Acaso no eres tú quien siempre animas nuestros juegos? ¿No eres tú quien nos enseña a tomar el agua de los suelos y disfrutar de los rayos del sol? Si fueras viejo no significarías en cada uno de nosotros la esperanza de seguir creciendo sanos y fuertes.

Hubo gran silencio. Tristes, árboles pequeños ygrandes se miraron entre ellos hasta que el Cedro sugirió algo en secreto para no ser escuchado por el abuelo Ahuehuete:

--Tal vez sí sea cosa de la edad. Después de todo, el Ahuehuete nos ha visto crecer a todos…
--No lo creo. – A mí me parece que el abuelo estáenfermo. ¿Por qué no esperamos a que venga Don Sanfor para que lo revise y así saber qué es lo que le está pasando?

Don Sanfor era un buen hombre a quien, todos los días, en su camino de vuelta al hogar, los árboles hacían cosquillas con sus ramas y daban sombra para mitigar su cansancio. A cambio, el buen hombre respondía con alguna alegre melodía en la que –sinexcepción- cantaba su agradecimiento a la naturaleza.

Esa tarde, cuando Don Sanfor caminaba por el bosque, le extraño no recibir los retozos de sus amigos, pero sobre todo, más le extraño el que aquella sombra reconfortante se hubiera convertido en una temible cueva de árboles inclinados hacia él para contarle sobre los males del abuelo.

Don Sanfor,auque cansado, no dudó en acudir hacia el abuelo y comenzar a revisar sus ramas, su tronco y el suelo en que descansaban sus raíces. Al poco rato exclamo:


--Va a ser necesario que me respondan una pregunta:
¿Acaso ha venido a visitarlos alguien que hubiera podido lastimar las ramas del abuelo Ahuehuete?

De pronto nadie recordaba nada, hasta que el Pinoexclamo:

--Bueno, sólo tres pequeñitos que vinieron de excursión con sus padres la semana pasada. Prendieron una gran fogata cerca de las raíces del abuelo y estuvieron jugando a trepar por sus ramas, a colgarse de ellas y…

¡Pues muy mal hecho!—interrumpió Don Sanfor. Han lastimado las ramas del abuelo Ahuehuete y sus heridas se han convertido en puerta de entradapara una plaga.

--¿Plaga? ¿Qué es una plaga? –preguntaron todos.
--Son insectos que conviven perfectamente con ustedes, hasta que alguien abre una herida en sus cuerpos, pues en ese momento ustedes pierden sus defensas, los insectos se reproducen en grandes cantidades y les resultan dañinos. Será mejor que vaya al pueblo por un especialista para que cure cuento antes al abuelo. ¡Ah! Y por lo...