El Guiso

El Guiso

Limpio la cuchara con mi boca y saboreo lo último que queda del guiso que con tanto amor ella me preparo. Mientras le cuento lo complicada y cansadora que es la facultad ella prepara tede naranja que sin duda servirá en esas tazas blancas con pétalos, que ella misma dibujo con sus propias manos. Coloca las tazas en la mesa y se limpia su delantal rojo con lunares, que la acompañodurante esas largas horas en la cocina, como una gran luchadora. Se sienta y me mira, yo se que todavía le cuesta comprender que ya no soy ese nene. Ese nene que tanto amaba jugar con ella y que pasabalargas horas cantando y bailando una vez tras otra, y a la tarde iban a la plaza y juntos comían garrapiñas y reían, y devuelta a casa, inventaban historias de duendes, dragones y demás cosas que ,yano me interesan.

Me tengo que ir, la facultad empieza en 20 minutos y tengo que pasar de una punta a la otra de la ciudad. Me levanto rápidamente y sin querer la asusto, pero me tranquilizo alver esa sonrisa en su rostro. Me acompaña hasta la puerta y me mira otra vez. Con sus manos me acomoda el cuello de la camisa mientras comienzo a salir. Ella me detiene, giro y encuentro una miradafría, angustiada, dolorida. Su expresión ya no es cálida, sus manos ya no están suaves y ese olor a rosas, no se por qué ya no se deja sentir. Su fuerte cuerpo, su fiel mirada, su voz tranquilizadorase apaga. Se deja caer en el sillón, y me mira, ahora es una mirada penetrante y débil, no emite sonido alguno y con su mano se aprieta el pecho. Nos miramos, los dos sabemos lo que va a pasar, nosabrazamos y nos decimos cosas lindas al oído. Los ojos se le cierran y su boca tiembla a causa del miedo que la invade. Dice mi nombre rápido y claro, y deja caer su cabeza hasta apoyarla por completoen el respaldo del sillón. Ya no me importa si llego tarde o no, yo solo quiero estar con ella, yo y mi abuela, nadie más, como cuando era chico y ella me mecía y me cantaba sin parar hasta que me...