El Hermoso Oficio De Ser Mujer

El hermoso oficio de ser mujer.

Aquí me encuentro, sábado diez y treinta hs. Llegando al centro de estética, cada quince días, como de costumbre, con el único fin de verme, como decían los griegos– “bellas, jóvenes e inocentes”- sin un pelo, y pensar que creía que la depilación era un invento de la modernidad.
Los egipcios ya tenían un elevado concepto de la estética y la higienedepilándose todo el cuerpo… Los romanos también lo hacían, utilizando unas pinzas llamadas volsellas y cera a base de resina y brea.
Los turcos veían pecaminoso que una mujer dejara crecer el vello de suspartes privadas.
Existen muchos métodos, hoy en día que nos aseguran una depilación eficiente. El más conocido es una sencilla práctica de untar la zona a depilar con cera caliente, a favor del vello,esperar unos instantes y tirar a contrapelo, dejando la piel limpia y sedosa. Rara vez está técnica no da resultado, en caso contrario volver a repetir la operación. Del mismo modo podemos enjabonarla franja con una máquina de afeitar, propia o del marido, o bien comprando las que ofrece el mercado con colores y anatómicamente femeninas, rasurar en forma ascendente.
En consecuencia hay quedecir que depilarse no es el acto menos indoloro que existe, “pero el fin justifica los medios”. Como dice mi abuela hay que estar preparado para las tragedias, no vaya a ser cosa que se produzca unaccidente y cuando nos deriven al centro médico nos encuentren llenas de pelos.
Por otra parte un cuerpo depilado es más higiénico, evitando las sudoración y los malos olores.
No sería agradableencontrar a menudo mujeres con bigotes o con candadito, una musculosa Dolce Gabanna, perdería todo su glamour con una flora autóctona debajo de las axilas.
En conclusión no queda más que decir que cadaquince días, a las diez y treinta, hay que volver al centro de estética.

¿El hermoso oficio de ser mujer?

Aquí me encuentro, sábado diez y treinta hs. tomando unos mates mientras me preparo...