el hijo prodigo
EL JUEGO, EL ALCOHOL, LAS DROGAS Y LAS VANIDADES DEL MUNDO LO CAUTIVARON. AÚN SIENDO EL HIJO DEL PREDICADOR MÁS RECONOCIDO DE LATINOAMERICA Y NACIDO EN HOGAR CRISTIANO, VUELVE A LA CASA DE SU PADRE. ESTA ES PARTE DE SU HISTORIA.
Andrés Palau, volvió a la casa de su Padre a los 27 años. Fotografìa:Robin Martínez/CGN
Ya casado, con una bella esposa y con hijos, Andrés Palau viaja con su Padre Luis por muchos países contando su historia a jóvenes que bien podrían estar en una situación como la que él vivió.
Apenas y habla español, pero se apoya en un interprete para compartir su testimonio, porque luego de su cambio, se entregó a Dios y prometió ser su instrumento para cambiar otrasvidas, así como Jesús le cambió a él.
Nos contó Luis que de joven le dio la espalda a Dios. Se involucró en el alcohol; con sus amigos incluso robaban botellas de licor de las casas del barrio. “Nos encantaba disfrutar… solo nos interesaba ver quién tenía la mejor historia por contar… éramos tontos y arrogantes” afirmó Andrés.
“Me gradué de secundaria y entré a la universidad, donde lejosde mi familia, todo fué en caída. Conocí todo tipo de drogas.
Todo eran cosas dolorosas, vacías. Todas esas relaciones son vacías. Vivía en la costa este de Estados Unidos, vivía bien, pero seguí mi vida sin cambiar nada en mi corazón.
Era triste ver cómo mi padre predicaba y compartía las Buenas Nuevas a los demás, pero vivía mi situación y le provocaba dolor.
Cuando vivía en launiversidad, mi padre me escribía cartas; cuando yo veía en el sobre la letra de él, yo solo decía… oh no… otra vez no!! Pero leía las cartas donde mi padre me decía: Hijo, le has pedido a Jesús que entre en tu vida?
Estas cosas no puedo negar que provocaban algo en mí. Recuerdo que fui tocado, pero era testarudo. Solo recibía las cartas y luego las guardaba en un cajón.
Ellos –mi padre y mimadre- junto con amigos suyos empezaron a orar por mí. Créanme, ahora comprendo el poder de la oración.
Todo lo que yo hacía inundaba mi mente. En las noches cuando no podía dormir, me levantaba y bebía.
Nunca salía solo. Si no salía con una amiga, era con un amigo. Si en caso no había con quien salir, me quedaba en mi casa bebiendo, aunque muchas noches me encerraba a llorar porque mesentía solo, derrotado.
Me sentía culpable de saber que siendo hijo de un predicador que llevaba buenas noticias a todos.. que hablaba de amor a los demás, de bendecir familias y de perdonar y todas esas cosas, yo marcaba la otra parte de su vida con dolor.
Era impresionante ver cómo mi padre junto a mi madre no dejaban de orar por mí, para cuando llegar el momento que Dios me tocara ycambiara mi vida. Y es que El podía hacerlo, pero yo debía tomar primero la decisión.
UN CAMBIO QUE ESPERÓ POR 27 AÑOS
Ahora, Andrés viaja con su padre Luis, compartiendo su testimonio a otros jóvenes. Foto: Robin Martínez/CGN
Cuando tenía 27 años y vivía en Boston, me encontraba jugando con unos amigos y recibí una llamada de mi padre, quien me dijo: “Hijo, te invito a unFestival en Jamaica”. Como era en Jamaica, pensé… talvéz pueda hacer algún arreglo… (como buscando la forma de llegar a Jamaica, pero allí me escabullo para otras cosas) y le dije “si organizas algo para ir a pescar, lo reconsideraré”.
Yo sabía que mi padre buscaba algo con esto, pero yo también buscaría algo de provecho… y entonces fui. Decidí ir, pensando en juegos, diversión y cervezas(haciendo mención de una marca de cerveza jamaiquina muy famosa en el lugar, y que buscaría la forma de “disfrutar” de este licor).
Resulta que durante ese viaje, mi padre organizó que un grupo de jóvenes me llevaran de pesca, me llevaron a conocer varios lugares, pero oraban por mí.
Yo sé ahora que los Festivales resultan. El Señor cambió mi vida en un festival, donde Dios tocó mi corazón y...
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