El Himno a la alegría dentro de la política del siglo XX.
Ode to joy into the XX century politics
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Gypsy Yareth Torres Lara**
RESUMEN
El artículo da a conocer algunos de los usos que se le dieron al
cuarto movimiento de la novena sinfonía de Beethoven (también conocida como Himno a la alegría), durante el siglo XX.
Dentro de la ambivalencia del uso, podemos encontrar que se
utilizó, más que nada, para acciones que despojan de lo más
preciado a ésta pieza musical; la libertad.
PALABRAS CLAVE
Romanticismo, himno a la alegría, novena sinfonía, Beethoven,
siglo XX, política.
ABSTRACT
The article discloses some uses that were given to the fourth
movement of Beethoven's Ninth Symphony (also known as Ode
to Joy), during the twenty century.
Within the ambivalence of use, we can find that was used,
mostly, for actions that lose the most precious to this track;
freedom.
KEYWORDS
Romanticism, ode to joy, ninth symphony, Beethoven, twenty
century, politics.
INTRODUCCIÓN
A la música, a través del tiempo, se le ha dotado de un sin fin de valores para el ser
humano, que van desde; una cura para el alma según los pitagóricos; una catarsis
emocional para Aristóteles; un mensaje divino conforme al pensamiento de los
gregorianos y una forma de libertad para los los romanticistas.
En estas páginas he precisado hablar de una de las piezas más famosas que
tenemos del período del romanticismo. Pero para comprender la pieza, debemos de
entender la vida de su autor, a quien se le recuerda por haber sido un hombre
atormentado por su infancia, apasionado a la libertad, apegado a la música y por ser
una persona incomprendida de su época.
En realidad, debería de hablar de dos autores, ya que el coral que se recita en
partes del cuarto y último movimiento de la novena sinfonía, son de la autoría de
Friedrich Schiller (Oda a la alegría). Sin embargo, mencionaré solamente a
Beethoven, quien desde el año de 1793, tenía en mente una sinfonía, la cual se
estrenó frente a un público hambriento de su música.
Era el 7 de mayo de 1824, en el Teatro de la puerta de Carintia, en la capital de la
música, Viena. Cuando Beethoven de 54 años y totalmente sordo recibió 5
ovaciones por parte del público al escuchar la novena sinfonía. Pieza que en el siglo
XX fue utilizada con diferentes propósitos, y que a veces van en contra de los
ideales del romanticismo, movimiento que abrazó a la Revolución Francesa y a sus ideales: la libertad, igualdad y fraternidad.
En la novela de Anthony Burgess
La naranja mecánica (1962), Alex, el cínico
criminal que sólo alcanza el goce extremo mediante la violencia gratuita y la música
clásica, tiene un ídolo supremo: Ludwig van Beethoven. Para curarse de ese mal
que lo corroe, Alex recibe un tratamiento a imagen y semejanza de sus dos
pasiones: el crimen y la música. Su cura, llamada método Ludovico, asocia las
imágenes más cruentas a la música clásica: la Quinta Sinfonía de Beethoven
acompaña el desfile escalofriante de escenas de horror.
Y Alex comienza a gritar
Usar de ese modo a Ludwig van. Él no hizo daño a
nadie. Beethoven no hizo más que escribir música.
Cuando Stanley Kubrick adaptó la novela de Burgess en 1971 reemplazó la
Quinta Sinfonía por la Novena. El célebre final con el poema de Schiller (“Oda a la
Alegría”) contiene el utópico mensaje de una concordia universal que, para Alex, se
volverá una pesadilla: escenas de los campos de exterminio nazi con Beethoven
como música de fondo.
La ironía de Burgess ...
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