como un ejercicio sin límites ni condiciones. Como sea, nunca puede anularsedel todo la posibilidad de que los lectores realicen recorridos privados ysecretos en elpaisaje de los textos: las lecturas herejes no desaparecennunca, aunque los guardianes de los textos quieran defenderlos de lasinvasiones de lectores “indeseables”.¿Quiénesson los guardianes? Depende: a veces un sistema político, aveces una iglesia, con frecuencia los propios autores de textos o los críticosque escriben susinterpretaciones y se figuran que ellas son las preferibles.Ahora bien, ¿se puede hacer cualquier cosa con un libro?; ¿ se puederecorrer de cualquier modo el paisaje de sus signos?Evidentemente, no. Comoel cazador furtivo ( la imagen es de Michel de Certeau) o como el aficionadoingenioso que con viejas piezas de motores arma una máquina nueva,loscomo un ejercicio sin límites ni condiciones. Como sea, nunca puede anularsedel todo la posibilidad de que los lectores realicen recorridos privados ysecretos en elpaisaje de los textos: las lecturas herejes no desaparecennunca, aunque los guardianes de los textos quieran defenderlos de lasinvasiones de lectores “indeseables”.¿Quiénesson los guardianes? Depende: a veces un sistema político, aveces una iglesia, con frecuencia los propios autores de textos o los críticosque escriben sus interpretacionesy se figuran que ellas son las preferibles.Ahora bien, ¿se puede hacer cualquier cosa con un libro?; ¿ se puederecorrer de cualquier modo el paisaje de sus signos?Evidentemente, no. Comoel cazador furtivo ( la imagen es de Michel de Certeau) o como el aficionadoingenioso que con viejas piezas de motores arma una máquina nueva, los
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