el hombre del tiempo

Steve Thayer



El Hombre del Tiempo



Titulo original— The weotherman Primera edición en esta colección: febrero de 1998 © Steven Leonard Thayer, 1995 © por la traducción: Víctor Pozanco, 1997 Publicado de acuerdo con Viktng Penguin, una división de Penguin Books USA, Inc. «Editorial Planeta, S.A, 1998 Córcega, 273 — 08008 Barcelona (España) Edición especial para Ediciones deBolsillo, S. A. Diseño de cubierta: Estudí Propaganda Fotografía de cubierta: © Superstock Fotografía autor: © Chris Thayer ISBN 84-08-02431-0 Depósito legal: 8.1.679 —1998 Fotomecánica cubierta: Nova Era Impresor: Litografía Rosés Impreso en España — Prínted in Spain
Sólo los hijos de padres locos pueden llegar a ser realmente buenos escritores.
A la memoria de Plyny A. Thayer, Katherine E.Harbold y Leslie H Harbold
AGRADECIMIENTOS







Al objeto de documentarme para escribir El Hombre del Tiempo entré a trabajar en los estudios de la WCCO-TV de Minneapolis, donde permanecí tres años. Quiero expresar mi especial agradecimiento al personal de la WCCO, que dedicó su tiempo a enseñarme el periodismo televisivo, y, sobre todo, a John Lindsay, Trish Van Pilsum, JulieKramer,Peter Molenda, BillEnder— son, Dale Dobesh, Pat Kessler, Darcy Pohland, Bill Kruskop y Sandra Lindquist. A mis amigos Paul Moore, en la WCCO, y a Judy Nelsen, que antes estuvo en la KARE-TV, por sus críticas a lo largo de todo este tiempo. A mis amigos de Viclcsburg, Mississippi, Gordon Cotton, conservador del Museo del Antiguo Palacio de Justicia, y a Cliff y Bettye Whitney, propietarios deComers Bed and Breakfast Mansión. A Frank W. Wood, delegado de Instituciones Penitenciarias de Minnesota, y al ya jubilado delegado Orville B. Pung, así como al director Robert A. Erickson, por acompañarme en la visita al penal de Stillwater y proporcionarme información. Al funcionario Rick Horst, por haber hecho otro tanto en la penitenciaría del condado de Ramsey. A la sección americana de AmnistíaInternacional, por la amplia documentación que me facilitó acerca de la pena capital. Y al doctor Ronald J. Glasser, ex teniente médico del Ejército de EE. UU., que ejerce ahora la medicina privada y es autor de 365 días. Empecé a escribir El Hombre del Tiempo en el verano de 1988 y lo terminé en febrero de 1993. Quiero dar las gracias también al escritor e historiador Albert Eisele, al directorliterario de Viking Penguin, Al Silverman, y al abogado Robert B. Bamett, de Washington, D. C., que hicieron posible la publicación.
S. T.
EL ANTECEDENTE




Fue una fría acción en un caluroso día de junio. La temperatura rozaba los treinta y siete grados y la humedad relativa rondaba el setenta por ciento. En algunos puntos, la condensación producía gotas semejantes a las delrocío. La presión barométrica se mantenía constante en los 755 milibares. La brisa procedente de la corriente del Golfo era casi imperceptible. Pequeños cúmulos (nubes de aspecto algodonoso) salpicaban el cielo. Pero no afectaban al sol de la tarde; un sol de justicia. El monstruo de la máscara surgió de las oscuras sombras hacia la cegadora luz del día. En pocos lugares es el calor más abrasador, enun día semejante, como en los parkings descubiertos del centro de la ciudad. El fuego del cielo los convierte en hornos irrespirables. El horripilante ser jadeaba. Según el calendario, todavía faltaba una semana para el verano, pero ya hacía muchísimo bochorno. Con una mano se cubrió los ojos para mitigar el escozor que producía la luminosidad. Debido al intenso calor, sólo había un coche en elaparcamiento, en un rincón. La rampa del parking Sky High se hallaba al pie del edificio más alto de la ciudad. Las antenas instaladas en lo alto del rascacielos proporcionaban al área metropolitana su cuota diaria de televisión. Las gigantescas antenas proyectaban en el asfalto una umbría retícula que semejaba el enrejado de una jaula. El monstruo de la máscara entró en la jaula y se refugió a la...