El Hombre-Dios

EL HOMBRE-DIOS
Es básico suponer que a lo largo de la historia ese deseo de trascendencia innato que posee el ser humano, lo ha orillado a buscar cualquier medio paraconseguirlo. Tal es el caso del abuso de ciertas sustancias que generan en él sensaciones momentáneas de gloria y supremacía, hablamos de sustancias como el opio o el hachís capacesde provocar reacciones en cadena agradables a lo que el hombre está buscando.
Si bien es cierto que las sensaciones duran lo que dura el efecto de estas sustancias, lo quebrindan está fuera de las habilidades humanas ya que le conceden a este valiosos instantes de divinidad, de sentirse glorificado, magnificado y superior a todos los demáshombres. Y he aquí el punto: si todos pueden ser Dioses ¿Por qué vivir en un estado de mortalidad?
El panorama parece prometedor –no es convertirse en Dios, es darse cuenta que lohas sido desde hace mucho tiempo- pero como todas las cosas, siempre hay una contraparte. Como ya se ha establecido, la duración de esta beatificación es efímera y una vezconcluido el efecto del hachís, el regreso a la realidad puede resultar peligroso, decepcionante y en cierto modo, depresivo. Y con esto comenzamos un ciclo vicioso, donde laúnica de manera de ser Dios todo el tiempo es encontrarse bajo los efectos de esta sustancia todo el tiempo.
Es por esta clase de dependencia –la descrita en el párrafoanterior- que pregunto: ¿Por qué ser un Dios falso cuando se puede ser un héroe real? Lo que la mayoría de las personas no se dan cuenta es que no es necesaria una droga parasentirse glorificados, basta con trabajo y una vida encaminada por valores y convicciones bien definidas para lograr una trascendencia real en un mundo lleno de imaginarios.