El hombre que calculaba

Páginas: 12 (2860 palabras) Publicado: 9 de abril de 2010
CAPÍTULO XXII
En el cual visitamos los prisioneros de Bagdad. Cómo resolvió Beremís el problema de la mitad de la “x” de la vida. El instante de tiempo. La libertad condicional. Beremís aclara los fundamentos de una sentencia.

a gran prisión de Bagdad tenía el especto de una fortaleza persa o china. Se atravesaba, al entrar, un pequeño patio en cuyo centro se veía el famoso “Pozo de laEsperanza”. Allí era donde los condenados, al oír la sentencia, perdían, para siempre, todas las esperanzas de salvación.
Nadie podría imaginar la vida de sufrimientos y miserias de aquellos que eran encerrados en el fondo de las mazmorras de la gloriosa ciudad árabe.
A la celda en que se hallaba el infeliz Sanadique, que desde ya hacía pensar en cosas espeluznantes, trágicas y tremendas, llegamosguiados por el carcelero, y auxiliados por dos guardias.
Un esclavo nubio, casi un gigante, conducía una gran antorcha, cuya luz nos permitía observar todos los rincones de la prisión.
Después de recorrer un corredor estrecho, que apenas daba paso a un hombre, descendimos por una escalera húmeda y oscura. En el fondo del subterráneo se hallaba el pequeño calabozo donde fuera encerrado Sanadique. Enél no entraba ni la más tenue claridad. No se podía respirar el aire pesado y fétido sin sentir náuseas y vahídos. El suelo estaba cubierto de una capa de lodo putrefacto y no había, entre las cuatro paredes, ninguna cosa que pudiese servirse el condenado para descansar.
A la luz de la antorcha que el hercúleo nubio levantaba, vimos al desventurado Sanadique, semidesnudo, la barba crecida yenmarañada, los cabellos en desaliño cayéndole sobre los hombros, sentado sobre una loza, las manos y los pies sujetos a cadenas de hierro.
Beremís observó en silencio, con vivo interés, al desventurado Sanadique. Era increíble que un hombre pudiese resistir cuatro años en aquella inhumana y dolorosa situación.
Las paredes de la celda llenas de manchas de humedad, se hallaban repletas de leyendas yfiguras –extraños indicios de muchas generaciones de infelices condenados-. Beremís examinó, leyó y tradujo con minucioso cuidado todo aquello, deteniéndose, de vez en cuando, para hacer cálculos que nos parecían largos y laboriosos. ¿Cómo podría el calculista, entre las maldiciones y blasfemias que los condenados suelen escribir, descubrir la mitad de la “ x ” de la vida?
Grande fue la sensaciónde alivio que sentí al dejar la sombría prisión, donde los detenidos eran tan cruelmente tratados. Al llegar de vuelta a la suntuosa sala de audiencias, nos encontramos con el visir Maluf rodeado de cortesanos, secretarios, jefes y “ulemas” de la Corte. Esperaban todos la llegada de Beremís, pues querían conocer la fórmula que emplearía el calculista para resolver el problema de la mitad deprisión perpetua.
- ¡Estamos esperándote, calculista! –dijo el visir-. Espero que presentes, sin más demoras, la solución de este gran problema. Tenemos la mayor urgencia en hacer cumplir la sentencia de nuestro gran Emir.
Al oír esa orden, Beremís se inclinó respetuoso, hizo el acostumbrado “zalam” y habló así:
- El contrabandista Sanadique, de Basora, apresado hace cuatro años en la frontera, fuecondenado a prisión perpetua. Esa pena acaba, sin embargo, de ser reducida a la mitad por justa y sabia sentencia de nuestro glorioso califa AL-Motacen, Comendador de los Creyentes, sombra de Alah en la Tierra.
Designemos por x el período de Sanadique, período que comienza en el momento en que fue apresado y condenado hasta el término de sus días. Sanadique fue, por lo tanto, condenado a x años deprisión, esto es, a prisión por toda la vida. Ahora, en virtud de la regia sentencia, esa pena deberá reducirse a la mitad. Si dividimos el tiempo x en varios períodos, a cada período de prisión debe corresponder igual período de libertad.
- Completamente cierto –dijo el visir-. Comprendo perfectamente su razonamiento.
- Ahora bien; como Sanadique ya estuvo preso durante cuatro años, es...
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