El hombre que pudo reinar
Es una película que consigue que vuelva a ser niño, ponerme una amplia sonrisa bobalicona. Es un atajo al sentimiento, a la adrenalina. Te muestra auténticas barbaridades comoasesinatos, torturas, cabezas que sirven de pelota, etc., pero te lo enfocan de tal manera que te ríes de ello, consiguen sacar la gracia de la situación, y creo que eso se debe al espíritu aventurero deHuston.
A muchos les jode que a Huston se le mitifique como aventurero, especialmente a los creen que su cine está sobrevalorado, pero creo que es imposible que alguien plasme de manera tanespontánea y auténtica esta historia sobre lugares lejanos, sobre aventura, y amistad, si no ha vivido en carne propia todas esas experiencias. Y Huston cuenta la historia tan vividamente, que me contagiaesa alegría e irreverencia de los protagonistas, esos vividores a los que yo acompaño en todo momento en este viaje.
Los protagonistas están encarnados por unos Sean Connery y Michael Caine entotal estado de gracia, que están más allá del elogio. Pero no sólo logran estar perfectos en sus respectivos papeles, sino que consiguen hacer que la amistad de los protagonistas sea absolutamentecreíble, gracias a una química y una compenetración fabulosa. La pareja nos lleva por risas, acción, paisajes maravillosos, y se adentra en el corazón, logrando en mi caso que al final salga al exterior enforma de lágrimas.
Son lágrimas apenas reprimidas, son amargas y tristes, pero que también contienen alegría porque sé que estoy contemplando algo auténtico, de verdad. Acompañan a una canción...
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