el hombre que vendia tiempo

Seamos solo amantes
Novela de
Amor, pasión y erotismo
Autora: Casiana de La Cruz

PRÒLOGO
Una joven aprendió prematuramente de la vida lecciones
tal vez poco usuales para su edad, sin tener dudas, a
pesar de su juventud, de lo que quería para si misma y sin
posponer, ni mucho menos supeditar sus propias
ambiciones, anteponiendo siempre sus valores y sin
jamás dejar de lado su dignidad.Alcanzó éxito, fama y fortuna, y tuvo el privilegio de
conocer el amor intenso en los brazos del hombre que
amaba, quien la enseñó a andar por arduos caminos,
abriendo además sus jóvenes ojos a los secretos de la
pasión mas ardiente y también a las realidades del
exigente, falso y a la vez deslumbrante, mundo de la
moda.
¿Superó la alumna al maestro? Para saber eso, habrá
que leer lanóvela.

Cap. I
Ralph Villegas Bermúdez era uno de esos hombres que
podía presumir de haberse hecho a si mismo. Cierto que
se había casado con una mujer rica, la hija del dueño de
la Agencia Internacional de Modelos Style, que años
atrás había sido muy famosa, pero que debido a los malos
manejos de su suegro y a su gusto exagerado por las
modelitos jóvenes sin escrúpulos y la champañafrancesa,
la había llevado al borde de la quiebra.
Cuando cinco años antes, al contraer matrimonio con
Francesca Courney, divorciada sin hijos, y unos tres años
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mayor que él, se hizo cargo de la agencia, no imaginaba,
que en tan poco tiempo, hubiera podido rescatarla y
llevarla a unos niveles que jamás había tenido, ni aun en
las mejores épocas del Sr. Courney, quien, por cierto,
acababa defallecer.
Al oscurecer, Ralph llegó al hermoso pent-house que
ocupaba con su esposa, realmente un poco preocupado
por lo que ya bullía por salir de su alma, y que llevaba
pensando desde hacia algunos meses, sin decidirse a
tomar el toro por los cuernos. Creo que ha llegado el
momento, se dijo.
Francesca era una hermosa mujer que a los treinta y
cinco años conservaba su belleza intacta.Había sido una
modelo cotizada, e indiferente al negocio de su padre,
vivía maravillosamente de la sustanciosa herencia que
recibió de su madre.
Ella había notado algo frio a su marido las últimas
semanas. Distante, como preocupado. En ocasiones
sintió que quería decirle algo, pero que no encontraba el
momento apropiado. Muchas veces se había preguntado
si realmente lo amaba o solo lodeseaba. Era un hombre
sumamente atractivo y varonil, que todas sus amigas le
envidiaban sin reparos, y en toda su experiencia como
amante, jamás había hecho el amor con un hombre que la
satisficiera como Ralph. Lo que si era cierto, y de lo que
estaba segura, era que lo deseaba. Así que decidió que
esa noche quería recordar viejos tiempos. Vivir una
velada especialmente romántica, pero sobretodo,
pasional.
Lo recibió bellamente vestida pero como para estar en
casa, con un conjunto casi transparente de encaje, que
dejaba ver casi sin oposición sus hermosas formas. Su
puso unas gotas de Chanel No 5, que a pesar de ser un
clásico, a él parecía causarle sensaciones agradables.
Solía decirle que ese aroma había sido hecho
especialmente para la química de su piel.
Apenas habíatraspasado el umbral y soltado su
portafolio, cuando ya ella le extendía una copa de su vino
preferido. Ralph se sorprendió de verla tan ansiosa por
atenderlo, por mimarlo… Esto hacia algún tiempo que no
sucedía. Cierto que el deseaba tener una conversación
con ella, pero bien podía esperar. Estaba bellísima,
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dispuesta, y si algo el necesitaba en ese momento , era
relajarse.
Fue a suhabitación a ponerse cómodo y regresó al salón.
Francesca estaba sentada en el sillón, con su copa en la
mano, y las piernas cruzadas, dejando abierta su
transparente bata.
Lo tomó de la mano y lo sentó a su lado.
- Mi amor, le dijo, desde la muerte de mi padre hemos
estado alejados. Apenas hemos hablado y además te he
sentido preocupado. Sin embargo, quiero que esta noche
nos amemos, tal...