El hombre, ser cultural

Hombres y mujeres con vocación de educadores y educadoras,
que luchan vigorosamente por hacer posible un mundo más justo, más humano.

Jhon Acosta y Antidio Bolívar Enríquez

Qué tiene Cartagena de Indias, que la convierta en un raro misterio junto al mar, suele ser la pregunta, a veces frecuente de varios turistas extranjeros, cuando visitan esta pintoresca ciudad caribeña. Tal vez eseenigma atrayente no se encuentra forjado en los muros envejecidos que encierran el corazón de la localidad, “en el mar que aún sigue devolviendo retazos y tesoros de antiguas batallas; en las herraduras de los caballos que traerían buena suerte a quien las portara, y se exhiben como un talismán en la pared o como un pisapapel[1]”. Tampoco puede ser en la originalidad de su nombre, como la llamaron sushabitantes en tiempo de la colonia, Calamarí, tierra de cangrejos.

Acaso, “los rostros de los transeúntes pueden ser la clave del raro misterio. La singular amalgama de indígenas, africanos y europeos, los orígenes diversos que forjaron el destino de la ciudad. Cruzar las plazas de Cartagena
de Indias es hacer un largo viaje a la memoria. ...Las carimbas de hierro candente marcaron la espaldadel africano, que era revisado y reparado como un animal de venta. Algunos en el largo y tomentoso peregrinaje a bordo de las galeras, no resistieron la impiedad de aquella humillación y decidieron morir antes de llegar al puerto. Otros, los más resistentes, se las ingeniaron para seguirse comunicando con sus parientes abandonados en África, con rituales de sus religiones de origen. El tambor,forjado con la madera y el cuero de los animales nuestros, fue algo más que un instrumento musical. Fue un código cifrado de comunicación, celebración, rebelión e invocación de deidades[2]”.

Qué tiene la cultura de nuestros pueblos, la cultura de nuestros ancestros familiares, y en nuestro contexto particular, la cultura de nuestras aulas de clase o los ambientes en que nos movemos, que siempreestá cargada de una cotidianidad singular? “No buscamos una unidad de efectos, sino una unidad de acción; no una unidad de productos, sino una unidad del proceso creador[3]”, decía Ernst Cassirer en su artículo, Definición del hombre en términos de cultura.

Por otra parte, afirmamos de manera más explícita que, el hombre por la educación alcanza su propio desarrollo, y a través de ella,construye estructuras culturales que le permiten interpretar su propia existencia y la de los demás; abrirse inexorablemente al mundo, para hacer de él un espacio, en el que pueda ser posible el perfeccionamiento de la vida y de todas las expresiones humanas que enaltecen el ser del mismo hombre en todas sus dimensiones.

Desde este punto de vista, aún más, si contemplamos las enormes ventajas queestán presentes en nuestra comprensión sobre la persona humana como ser cultural, tendríamos que decir, que nuestra tarea de educadores sería la de ayudar a nuestros estudiantes a ser personas; ayudarles esmeradamente a construir y reafirmar elementos que les ayuden a salir de las esclavitudes hemos heredado culturalmente a través de la historia, tal como los describimos en nuestra primera imagenintroductoria: ser valientes y audaces para hacer de nuestra cultura un universo creador de posibilidades, en las que estuvieran presentes las revelaciones de un mejor ser humano, de un mejor progreso solidario, pero sobre todo, los contextos reales e imaginarios de un mejor país, de una mejor sociedad colombiana.

Podemos comprender, demás, que si nos acercamos a las formas de identificar lacultura de nuestros estudiantes, tenemos herramientas inestimables para poder implementar estrategias significativas en el proceso de formación de una manera distinta de pensar; orientar decididamente cada palabra, cada gesto y cada actividad hacia el desarrollo de unas nuevas formas de convivencia, unos nuevos estilos para aprender a conocer, aprender a hacer, pero sobre todo, aprender a ser;...