El Hombre y la culebra
Vio un Hombre una culebra.
¡Ah, perversa! – le dijo, voy a hacer un bien a todos.
Al decir esto, el animal maligno (me refiero a la serpiente no al hombre, sería fácilequivocarse) el animal maligno, repito, cayó en sus manos fue metido en un saco y, lo que es peor, condenado a muerte, fuese o no culpable. Pero, para armarse con ciertas apariencias de razón, le dirigiósu juez estas palabras:
Símbolo de la ingratitud, ser bueno para con los malos es solamente una tontería: Muere, pues, y así no temeré ni tu cólera ni tus colmillos.
La Culebra le contesto:
Situvieran que ser condenados todos los ingratos del mundo, ¿quién lograría perdón?
Tu mismo te haces proceso. En tus propias lecciones me apoyo. Contémplate a Ti mismo; en tus manos está mi vida,destrúyela; tu justicia no es más que tu utilidad, tu gusto, tu capricho. Con arreglo a esas leyes me condenas, pero has de permitir que al morir te diga con franqueza que el símbolo de los ingratos no esla serpiente, sino el Hombre.
Estas palabras detuvieron al Hombre y retrocedió un paso, pero después replicó:
Frívolas son tus razones; podría decir yo, pues me incumbe ese derecho, peroconsultaremos…
Consultaremos – repitió el reptil.
Se hallaba cerca una Vaca y la llamaron, vino y le explicaron el caso.
No hay cosa más clara, ¿por eso me llamaron? – les dijo -. Razón tiene laCulebra, ¿por qué negarlo? Mantengo a este hace muchos años, ni un solo día carece de mis beneficios: Todo es para él, mi leche, mis becerros. Hasta le he devuelto la salud, alterada por los años. Todo loque yo he trabajado ha sido para su necesidad o su placer. Así llego a vieja; entonces me abandona en un rincón desprovisto de yerba; ¡sí al menos me dejara pacer! Pero estoy atada. Si tuviera por dueñaa una serpiente, ¿llevaría más lejos la gratitud? Y ahora, me voy ya he dicho mi parecer.
El Hombre, sorprendido de tal dictamen, dijo a la serpiente:
No hay que creerla, ya chochea. Su...
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