el hombre y la maquina

Un método analítico
del contrato social
OSWALDO PLATA PINEDA*
DELFÍN IGNACIO GRUESO**

Resumen
El artículo muestra la
manera como la obra de
John Rawls renovó la agenda de la filosofía práctica
contemporánea mediante la
puesta en escena de un esquema contractual fortalecido teóricamente que defendía, como antaño, la integración de la moral y la
política. El artículo se enfoca en pasarrevista a los
aspectos fundamentales de
la presentación de 1971 de
Justicia como Equidad.
Abstract
The article shows how
John Rawls´ work renewed
the agenda of the contemporany practical philosophy. The central idea is that
Rawls has performed a renewal by putting in scene
a new and fortified contractual scheme that defended
the integration of morality
and politics. The article focusesin reviewing the fundamental aspects of 71´s
version of Justice as Fairness.
Pedro Alcántara, Hombre corriendo en su tierra, 1970
*

Filósofo. Miembro del Grupo Proaíresis. Universidad del Valle.

** Filósofo. Ph. D. Miembro del Grupo Praxis, Departamento de Filosofía. Universidad del Valle.

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El Hombre y la Máquina No. 22 • Enero - Junio de 2004

Oswaldo Plata Pineda • DelfínIgnacio Grueso

En las postrimerías del pasado
siglo, el método analítico del contrato social, pieza central del desarrollo teórico-práctico del liberalismo, experimentó una suerte de rehabilitación a un tiempo metódica
y analítica que puso de presente,
como antaño, su profundo poder filosófico. En este ensayo se intentará dar cuenta de este fenómeno de
rehabilitación, adjudicadoconvencionalmente a John Rawls y a su
teoría Justice as Fairness,1 describiendo los aspectos esenciales del
enfoque contractual rawlsiano y estableciendo los puntos de encuentro y desencuentro de éste con la
estructura metódica del enfoque clásico del contrato social.
I. El tema de la filosofía política
Si nos diéramos a la tarea de
pasar revista por las diversas manifestaciones del pensamiento occidentala la sazón de la segunda mitad del siglo XX, advertiríamos rápidamente que la filosofía práctica
de ese entonces, en el sentido en que
Sidgwick entendía ésta,2 se encontraba sumida en una profunda crisis ético-normativa marcada por la
aparente imposibilidad de plantear
sugestivas y contundentes normatividades. Esa crisis ético-normativa,
sin embargo, contrastaba con la
amplia variedad dediscursos filosóficos que salieron a la luz en la
pasada centuria, especializados en
la crítica y la destrucción sistemática de los metarrelatos filosóficos.
Para muchos autores contemporáneos, esa crisis ético-normativa por
la cual atravesaba la filosofía práctica de mitad de siglo XX se enraíza
en la confluencia de dos fenómenos:
uno teórico y otro socio-económico, siendo el primero elresultado
del agotamiento paulatino de la

Un método analítico del contrato social

idea, portaestandarte del proyecto
ilustrado, de que la razón era el instrumento idóneo para la configuración de un orden institucional estable y justo; y el segundo un efecto
de la aparición de una nueva época
histórica caracterizada por el surgimiento de nuevos valores sociales,
consolidados por la hegemónicaeconomía de mercado capitalista.
Acerca del fenómeno teórico, decía
Peter Lasllet en las medianías del
pasado siglo, lo siguiente: Por el
momento, de todos modos, la filosofía política está muerta. Según se
ve, la diagnosis de Lasllet articula
la muerte de la filosofía política con
la muerte de los grandes proyectos
normativos. Pero esa diagnosis puede, según el enfoque de análisis,tomarse como correcta o incorrecta. Podemos decir que ella es correcta si, a la luz de una conceptualización del quehacer filosófico-político del siglo XVII, corroboramos que
el ambiente académico de la época
se encontraba efectivamente desinteresado por la construcción de
grandes proyectos normativos que
prosiguieran el camino abonado por
el Iuscontractualismo y perfilado
más bien hacia una...