EL hpmbre como producto

La Revolución Francesa no constituyó el punto cero en la conformación de un nuevo orden, en cambio, contribuyó en forma decisiva a trastornar las ideas hasta entonces aceptadas sobre las fuenteslegítimas del poder político.Es este efecto sobre las ideologías políticas lo que permite considerarla como un fundamental punto de viraje en el pensamiento moderno; y es hasta tal punto así que cada unade las escuelas de pensamiento tiene algo que decir sobre esa revolución o se siente obligada a tomar posiciones en relación a ella.
Pero en el cúmulo de las interpretaciones no hay demasiadascoincidencias ni armonías.
Para citar sólo algunos ejemplos de esa diversas interpretaciones. La tradición liberal tiene, con ese evento, una relación difícil: celebra como propio el acontecimiento de 1789,pero reniega espantada de cualquier relación con los cronológicamente cercanos acontecimientos de 1793. En cambio, los demócratas radicales (y luego los socialistas[ii]), justificarán el terrorjacobino como el único medio de destruir las barreras que impedían el acceso del pueblo al poder. Diferencias, sin embargo, que no les impide a liberales y demócratas unirse en el aplauso hacia un sucesodel que se consideran progenitores y herederos.
Pero si el pensamiento liberal hubo de hacer énfasis en la necesidad de discriminar en el interior de ese proceso revolucionario, los pensadoresconservadores, por su parte, se sintieron impulsado a reaccionar, con toda la potencia de sus intelecto, en contra de tamaño evento. En Inglaterra, fue Burke el primero en rechazar los hechos que ocurríandel otro lado del Canal de Mancha. Y en su reacción hizo responsables, de lo que para él era un desastre histórico, a los anteriores pensadores individualistas; que, según el, habían alentado ydifundido la ilusoria imagen y las pretensiones de que los hombres pudiesen reemplazar a Dios en la creación y organización de las sociedades.
Esa reacción de Burke se generalizó en Europa cuando la...