El Infierno Artificial
Páginas: 4 (818 palabras)
Publicado: 13 de agosto de 2011
EL INFIERNO ARTIFICIAL
Horacio Quiroga
En noches de luna llena el sepulturero camina entre el panteón rígidamente, casi semidesnudo con una sonrisa muy fija, eso no era extraño porque abusabadel cloroformo, y el señor escoge el cementerio para sus borracheras.
La fantasía de el sepulturero lo llevo hasta una tumba que estaba abierta que no terminaron por falta de tiempo, y un ataúdabierto y a un lado u8n esqueleto del señor que estuvo en el ataúd en la arena.
En el fondo más arriba de la base del cráneo que acurruca a un hombre amarillo, con un rostro lleno de arrugas ojoshundidos y una mirada enloquecida, de un señor cocainómano.
El sepulturero intenta alcanzar el cloroformo prohibido, sale y vuelve con una jeringa que el botiquín del panteón le proporciono elsepulturero se agacha y le inyecta el contenido de la jeringa que filtro y desapareció entre la grietas.
Algo le llego a aquel cadáver a la fisura que se adhiere desesperadamente, después de 8 años deabstinencia, el sepulturero fijo los ojos al cadáver y no reconoció al hombre, su rostro era inrreconosible pero sus ojos brillaban que el sepulturero tubo un impulso de envidiosa sorpresa.
La voz deadentro sonó con encanto y dijo : que preciso era saber que son 8 años de agonía desesperada, helado, prendido a la eternidad por sola esperanza de una gota… si es la cocaína yo conozco ese olor, elsepulturero avergonzado de su paraíso artificial dijo en voz baja. El cloroformo también me mataría antes de dejarlo.
El otro no se había rendido. Ardía aun después de 8 años la pasión que habíaresistido a la falta de la misma, que pasaba la muerte del organismo que la
Creo, la sostuvo y no fue capaz de aniquilarla.
La voz calida sonaba burlona
Usted se mataría, yo también me mate,después el sepulturero regreso y echándose pecho suelo, apoyando los codos y el frasco bajo las narices,
Y le dijo su cloro no es mucho que digamos y aun morfina.
El señor le empezó a platicar...
Horacio Quiroga
En noches de luna llena el sepulturero camina entre el panteón rígidamente, casi semidesnudo con una sonrisa muy fija, eso no era extraño porque abusabadel cloroformo, y el señor escoge el cementerio para sus borracheras.
La fantasía de el sepulturero lo llevo hasta una tumba que estaba abierta que no terminaron por falta de tiempo, y un ataúdabierto y a un lado u8n esqueleto del señor que estuvo en el ataúd en la arena.
En el fondo más arriba de la base del cráneo que acurruca a un hombre amarillo, con un rostro lleno de arrugas ojoshundidos y una mirada enloquecida, de un señor cocainómano.
El sepulturero intenta alcanzar el cloroformo prohibido, sale y vuelve con una jeringa que el botiquín del panteón le proporciono elsepulturero se agacha y le inyecta el contenido de la jeringa que filtro y desapareció entre la grietas.
Algo le llego a aquel cadáver a la fisura que se adhiere desesperadamente, después de 8 años deabstinencia, el sepulturero fijo los ojos al cadáver y no reconoció al hombre, su rostro era inrreconosible pero sus ojos brillaban que el sepulturero tubo un impulso de envidiosa sorpresa.
La voz deadentro sonó con encanto y dijo : que preciso era saber que son 8 años de agonía desesperada, helado, prendido a la eternidad por sola esperanza de una gota… si es la cocaína yo conozco ese olor, elsepulturero avergonzado de su paraíso artificial dijo en voz baja. El cloroformo también me mataría antes de dejarlo.
El otro no se había rendido. Ardía aun después de 8 años la pasión que habíaresistido a la falta de la misma, que pasaba la muerte del organismo que la
Creo, la sostuvo y no fue capaz de aniquilarla.
La voz calida sonaba burlona
Usted se mataría, yo también me mate,después el sepulturero regreso y echándose pecho suelo, apoyando los codos y el frasco bajo las narices,
Y le dijo su cloro no es mucho que digamos y aun morfina.
El señor le empezó a platicar...
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