El Jardin De Los Venenos
CRISTINA BAJO
EL JARDÍN DE LOS VENENOS
EDITORIAL SUDAMERICANA
BUENOS AIRES
Primera edición: noviembre de 2005
Séptima edición: febrero de 2011
IMPRESO EN LA ARGENTINA
Queda hecho el depósito
que previene la ley 11.723.
© 2005, Editorial Sudamericana S.A.
Humberto I 555, Buenos Aires.
© Cristina Bajo, 2001
ISBN 10: 950-07-2654-8
ISBN13: 978-950-07-2654-2
www.megustaleer.com.ar
Esta edición de 3.000 ejemplares se terminó de imprimir en Cosmos Print,
E. Fernández 155, Avellaneda, Bs. As., en el mes de febrero de 2011.
A mi padre, don Fidel Manuel Bajo,
que me enseñó a amar la Historia y la Arquitectura,
así como mi madre nos enseñó
a amar la Literatura y el Arte.
De las confesiones
Estanoche, cuando se disponga a dormir, le llevaré una tisana preparada. Si desconfía y no acepta beberla, me veré obligada a ponerme la bata y descansar mi cabeza junto a la suya sobre la blonda que cubre las almohadas hechas de plumón, de magnolias maceradas y de hebras de helecho.
Él fingirá dormir, o yo fingiré dormir, pero es probable que el amanecer encuentre con vida sólo a uno de nosotros.Tal vez él consiga hacerme el amor, lo que no significa que desista de matarme, quizá con mi propia cabellera, mientras me posee. O durante el sueño, ahogándome con un almohadón para por fin aspirar mi último aliento con su boca.
Sin embargo, estoy decidida a vivir. Este instinto que tengo, que viene, dice mi nodriza, de aquellos mis antepasados que acostumbraban hacer un banquete con elcuerpo del enemigo, es el que me ha permitido burlar tantas acechanzas.
Siendo que prefiero la vida, no le temo a la muerte. Y si llega sin que pueda evitarla, me iré con una sonrisa, sabiendo que si no alcanzo a matarlo por mi mano, mi asesino morirá, de todos modos, por las disposiciones que he urdido.
Hay dos cosas capaces de matar a través del tiempo y el espacio, y éstas son eltósigo y la palabra. No alcanzo a distinguir cuál de ellas es más venenosa, y aunque se piense que el primero es definitivamente mortal (así duerma por largo tiempo en el fondo de un dulce, de una bebida, de un remedio), piénsese en lo que es capaz de lograr una mentira susurrada, un temor fingido, un anónimo que denuncia, una carta extraviada que alguien encontrará no demasiado tarde y que será laperdición del acusado. Porque la víctima no siempre es inocente y rara vez lo es del todo.
A veces juego con la idea de envenenarme y hacer creer que él lo hizo. Su ascendencia no amerita el degüello por garganta, como reza la ley de los hidalgos. Le darían muerte vil, con el garrote.
Éste, mi esposo, me deja ausente de piedad porque, con las palabras de San Agustín, “era yo no sé quéprofundidad de abismo sobre la que no había luz”.
1. DE LA PASTORA DE LA VIRGEN
“Por lo demás, si el Obispo defendía con ahínco, y hasta
empecinamiento, lo que consideraba derecho suyo, también
es cierto que los regulares hacían exactamente lo mismo, aunque
las actitudes personales no hayan sido siempre idénticas.”
José M. Arancibia - Nelson C. Dellaferrera,
El sínodo del obispo Mercadillo,Córdoba, 1700
CÓRDOBA DEL TUCUMÁN
FESTIVIDAD DEL DULCÍSIMO
NOMBRE DE MARÍA
PRIMAVERA DE 1700
E
n la trastienda de la botica de los jesuitas, el padre Thomas Temple, médico de la Compañía, apartó las cuadernas de hierbas medicinales, dejó la pluma sobre el tablero y se frotó los ojos con fuerza.
Desde el depósito superior le llegaba el olor a hierbajos y compuestos químicos, defardos, canastos con raíces, potes de ungüentos balsámicos, alambiques, frascos y redomas.
Cansado del encierro, levantó la cortina y pasó a la botica, donde el hermano Peschke explicaba a un indio, con mucha paciencia, cómo tratarse las pústulas.
—Voy hasta el Convictorio —le advirtió; el otro asintió con un cabeceo descuidado.
Al pisar la calle, respiró profundamente. La...
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