el Jesús histórico
Rafael Aguirre.
1. Introducción
La investigación histórica sobre Jesús ha conocido diversas fases. Los discípulos de
Bultmann reaccionaron contra el escepticismo de su maestro promoviendo lo que se llamó
“la nueva búsqueda” del Jesús histórico (Käsemann 1954), mucho más cauta que la
emprendida por el racionalismo optimista del XIX, y motivada teológicamente: se buscaba
anclaje para la fe cristológica y los estudios los realizaban exégetas y en el marco de
facultades de teología, fundamentalmente alemanas. Aquí hay que situar a los trabajos de
Bornkamm, Conzelmann, Schürmann, Cullmann, Jeremias (con matices), etc. La gran
renovación de la cristología posconciliar es muy deudora de esta exégesis sobre el Jesús
histórico (Rahner, González Faus, Sobrino, Boff, Ducoq, Moltmann etc).
A partir de los años 80 del siglo pasado se abre paso una nueva orientación en los
estudios históricos sobre Jesús, sin que sea posible ahora explicar ni sus causas ni sus características (Aguirre 1995; Bartolomé 2001; Witherington 1995). Sí diré que esta famosa
“third quest” o “tercera búsqueda”es una investigación que procede fundamentalmente del
mundo anglosajón, que es muy interdisciplinar y que, en buena medida, se hace al margen
de las instituciones teológicas y de las referencias confesionales. La producción es enorme, de valor muy desigual, pero es indudable que se han abierto perspectivas de sumo interés.
En mi opinión, la reflexión cristológica y eclesiológica no se ha confrontado aún con los
resultados de estas nuevas investigaciones bíblicas.
En las páginas que siguen me propongo nada menos que realizar una síntesis de lo que
desde el punto de vista histórico se puede decir con relativa solidez sobre Jesús de Nazaret. Tarea complicada y más si debe hacerse en un espacio reducido, lo que obliga a seleccionar
algunos aspectos, y no permite justificar suficientemente las afirmaciones que se hacen ni
citar ni considerar las opiniones de otros autores, Tampoco es posible abordar las cuestiones
previas y decisivas de carácter metodológico: las fuentes, su valoración y los criterios de
historicidad. Quiero dejar bien claro que intento hablar desde el punto de vista histórico, evitando
en lo posible la criptoteología (Crossan 1999, XXIII), que es la que ha predominado en los
estudios sobre el llamado “Jesús histórico”, y la autobiografía, y me refiero al conocido dicho
de que los estudios sobre Jesús han solido servir poco para conocer a este personaje, pero mucho para conocer la mentalidad de quien los realizaba. Creo que lo que voy a decir está
sólidamente fundado y es racionalmente muy defendible, aunque, por supuesto, es también
muy discutible. Así es la naturaleza del saber histórico, que no se impone apodícticamente y
que avanza por tanteos y acercamientos progresivos. Esto es verdad siempre, pero mucho
más cuando, como en el caso de Jesús, las fuentes son escasas y muy interesadas, y su estudio además implica con facilidad y en grado sumo la subjetividad de quien lo realiza.
RELaT 306: EL JESÚS HISTÓRICO A LA LUZ DE LA EXÉGESIS RECIENTE
Dada la naturaleza de los evangelios ‐los sinópticos tienen un esquema muy simple y
muy teológico de la vida de Jesús y, además, muy diferente a Juan‐ probablemente no es posible una presentación secuencial, ordenada y cronológica de la vida de Jesús. Incluso es
posible que de lo que yo diga no resulte una visión sistemática y coherente de lo que Jesús
hizo y dijo. Puede deberse al carácter fragmentario de nuestras fuentes, también a la
naturaleza simbólica y poética del lenguaje de Jesús, tan maltratado por la teología ...
Regístrate para leer el documento completo.