El juan
Para que una democracia sea creíble como un sistema en el que un Estado da atmósfera y espacio para que las libertades y responsabilidades den un marcopropicio para la vida armónica de las personas que habitan el lugar, es menester el asumir cada quien, con conciencia y determinación, los derechos y las obligaciones que, en calidad de ciudadanos, lescorresponde y compromete.
Así, los poderes de un Estado, deben actuar no sólo armónicamente sino, y esto es capital, con real independencia para dar de sí cada quien lo suyo para que la tríadajustifique y mantenga vivo el anhelo de independencia del soberano y con ello, la democracia republicana se de en la práctica cotidiana de las acciones societarias.
En este aspecto, todos sonresponsables, salvo que algunos, esto es, los representantes de cada uno de los tres poderes, tienen en sí un grado de responsabilidad que excede su ser individual al estar investidos de unarepresentatividad, es decir de un simbolismo que hace con que sus pasos tengan una resonancia, una amplificación mayor a la que como personas físicas en verdad tienen.
Hablo, claro está, de investidurasque deben resguardar su poder simbólico en beneficio de aquella delegación que el soberano les diera por la vía del sufragio universal a unos, bien como a otros les fuera otorgada a través de loscanales adecuados y previstos en la Carta como en la legislación y normativas vigentes.
Así, el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, consisten en una tríada que, de funcionar a pleno de por síy entre sí, dan aire y horizonte a la prosecución de libertades fundamentales a la persona humana, bajo un régimen democrático republicano que les confiere espacios y límites en los cuales y desdelos cuales, avanzar a favor de una mejora sustantiva de lo humano en el hombre.
Es decir, continuar la senda del progreso, tomando por tal, el avance en la dignidad y en la efectiva mejora en...
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