El Juez Habil

EL JUEZ HABIL
Narrador: El emir de Argel, Bauakas, quiso cerciorarse de que no se exageraba al afirmar que en un lugar de la provincia había un juez extraordinariamente hábil, que descubría Bauakas se disfrazó de comerciante y se presentó en el lugar donde habitaba el juez .A la entrada de aquel pueblo, un inválido se aproximó al emir y le pidió limosna.
Bauakas le dio' algo, e iba a proseguirsu camino, cuando el inválido le agarro de una parte del traje
Emir (Augusto): ¿Qué quieres?
Mendigo (Martin): Me has dado limosna, Pero quiero que me hagas el favor de llevarme sobre tu caballo hasta la plaza, porque las demás caballerías podrían pisotearme si tratase de llegar hasta allí por mí mismo.
Narrador: Bauakas subió a la caballo al mendigo y le condujo hasta la plaza. Allí detuvo elcaballo, pero el mendigo no bajaba.
Emir (Augusto): — ¿Por qué no te mueves? -Baja, hemos llegado. — ¿Por qué he de bajar?
Mendigo (Martin): —. Este caballo es mío.
Emir (Augusto): Si por buenas no me lo dejas, el juez decidirá.
Guillermo Narrador: Muchas personas los rodeaban, escuchando su discusión. —¡Id a casa del juez! — les gritaron —. El Los pondrá de acuerdo . Bauakas y el mendigofueron en busca del juez.La multitud agolpábanse en la sala; el juez llamaba por turno a los que debían comparecer. Antes que al emir,
Juez (Heber): presentarse ante mi el sabio y el mujik. Que Disputan por una mujer (sarai)
El mujik (Augusto): afirmaba que era la suya, el sabio (Guillermo) sostenía lo contrario, y la reclamaba como de su pertenencia. El juez, después de oírles, guardó unmomento de si­lencio; después dijo:
Juez (heber): Dejar la mujer en mi casa y volver mañana.
Guillermo Narrador: Cuando aquéllos partieron, entraron un carnicero y un vendedor de aceite. El carnicero estaba cubierto de sangre y el aceitero lleno de manchas de aceite. El carnicero llevaba dinero en la mano, y el aceitero estrechaba la mano del carnicero.
Carnicero (Hugo): He comprado aceite a estehombre, y sacaba mi bolsa para pagarle, cuando me asió la mano para robarme el dinero; y ante ti hemos venido, yo con la bolsa y él sujetando mi mano. ¡El dinero me pertenece, y él es un ladrón!
Aceitero (Sarai) —¡No es cierto —. El carnicero quiso comprarme aceite y me rogó que le cambiase una moneda de oro; tomé el dinero y lo puse sobre el mostrador; él se apoderó entonces de la bolsa y quisohuir, mas yo le agarre de la mano y aquí estamos ante ti.
Guillermo Narrador: Después de una pausa respondió el juez:
Juez —Dejar el dinero en mi casa y no falten mañana.
Narrador: Cuando llegó el turno a el emitir y al mendigo
Emir (augusto): explica lo k paso
Mendigo): —Nada de lo que ha dicho es cierto. Yo atravesaba el lugar montado en mi caballo, cuando él pidió le llevase a la grupahasta la plaza. Lo hice subir sobre la bestia y le conduje adonde quería ir, pero, una vez llegados, no quiso bajar, diciendo que el caballo era suyo, lo cual no es cierto.
Narrador: Después de una nueva pausa, dijo el juez:
Juez: Dejar el caballo en mi casa y venir aquí mañana. Narrador: Al siguiente día, gran multitud se reunió para conocer las decisiones del juez. Aproximáronse le el sabioy el mujik.
Juez : Llévate la mujer sabio—, y que le den cincuenta palos al mujik.Narrador: El sabio se llevó la mujer, y el mujik recibió su castigo ante el mundo.
Juez : llamó al carnicero ante mí. —Tuya es la bolsa Y designo al vendedor de aceite, que se le den cincuenta palos. Narrador: Llegó el turno a Bauakas y el tullido.
Juez: —¿Reconocerlas a tu caballo entre otros veinte? — preguntóel juez al emir. —Le reconocería. —¿Y tú?
El mendijo: —También — dijo el inválido.
Juez : —Sígueme emirNarrador: Fueron al establo; el emir designó a su bestia entre otras veinte.
Juez : llamó ante mí al inválido, y le ordenó que me dija cuál es su animalNarrador: El mendigo reconoció el caballo y lo mostró. Volvieron todos a la sala y
Juez : Bauakas: —Tuyo es el caballo. Ve por él. Ordeno...