El juicio a Galileo

El juicio a Galileo
En 1661, inmediatamente después de haber hecho sus grandes descubrimientos astronómicos, Galileo fue a Roma, en donde el sabio matemático fue colmado de honores; fue nombradomiembro de la Academia dei Lincei y homenajeado en el colegio de los jesuitas.
Aun así, las primeras voces discordantes salieron de Florencia, donde en los círculos próximos al duque era motivo deinquietud el desacuerdo entre la Biblia y el sistema de Copérnico. Un día, un dominico que predicaba sobre Josué denunció violentamente, desde el púlpito, las ideas copernicanas y a los matemáticos quelas propagaban.
Galileo respondió a esos ataques con una carta a un sabio benedictino de Florencia, el padre Castelli. En ella, señalaba claramente cuáles debían ser las relaciones entre las SagradasEscrituras y la ciencia: “La Biblia no fue escrita para enseñarnos astronomía.” Galileo reivindicaba, pues, la libertad del científico para seguir su propio método independientemente de los teólogos.Llevando la discusión a este terreno, Galileo creía defenderse, pero no hizo sino agravar su caso. Lo que había puesto en guardia a la Inquisición fue, sobre todo, la intrusión de un matemático en elterreno religioso. Si Galileo hubiera hecho como Copérnico, que sólo hablaba de la rotación terrestre como una hipótesis, nunca hubiera despertado la sensibilidad de los cristianos.
En febrero de1616, la Inquisición dictó un decreto en contra del sistema de Copérnico, después de lo cual, el cardenal Bellarmino fue encargado de rogar a Galileo que “abandonara la opinión que había mantenido hastaentonces sobre el Sol como centro del universo y sobre el movimiento de la Tierra.” Galileo no sólo que no cedió, sino que publicó críticas contra sus adversarios.
En 1632, desencadenó el escándaloescribiendo Diálogo sobre los dos principales sistemas del mundo, escrito en italiano, y accesible a un amplio grupo de lectores gracias a la forma divulgativa en la que supo redactarlo.
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