El Kollanan cóndor o Primer cóndor

El Kollanan cóndor o Primer cóndor
En el ñaupa tiempu, en la antigüedad, cuando las plantas y
los animales hablaban, las serpientes y los árboles caminaban
de pie y todavía la Luna y el Sol no se conocían porque tenían costumbres diferentes: el Sol, Inti, era madrugador y se
recogía temprano y la Luna, Quilla, era noctámbula, caminaba
entre las sombras de la noche y le gustaba dormir dedía; en
ese entonces vivían en el Ande, el ollko u hombre y el Kollanan
cóndor o Primer cóndor.
Dicen que eran hermanos, se parecían y se querían mucho.
Que el cóndor pisaba el suelo lo mismo que el hombre y que sus
pies dejaban huellas semejantes a las que deja el ollko, por eso
solían confundirse sus rastros fácilmente.
Dicen también que araban el campo, sembraban, se fatigaban
ydescansaban al pie de los árboles, en la sombra, tumbados en
la hierba, cerca del río, y después cosechaban.
En sueños sí eran diferentes.
Mientras el hombre soñaba con romper piedras, trasladar los
ríos, sembrar y cosechar en el Ande, levantar casas, tender
puentes, hacer caminos; el Kollanan cóndor se desprendía de la
tierra con el pensamiento, soñaba que tenía alas y volaba bajo
el cielo.Despertaban y, en tanto se contaban sus sueños, bromeaban
entre sí.

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—Oye, hermano, soñé que había sembrado semillas de oro y
cosechado mazorcas de oro, ¡imagínate: de oro puro!; que había
llevado los ríos al otro lado del cerro, y después de partir con
mis fuerzas las piedras, las iba colocando una a unaformando
murallas gigantescas, levantando templos y palacios. Figúrate
que amarré al padre Inti para que me ayudara con su luz y me
diera fuerzas mientras trabajaba.
—¡Ja, ja, ja, ja —reía Kollanan cóndor—, ja, ja, ja, ja! Por eso
despiertas cansado, porque en tus sueños no descansas trabajando duro. En cambio, yo he soñado que volaba y volaba, que
jugaba con las nubes y tapaba el Sol conmis alas extendidas,
produciendo la noche.
—Eres tonto —le decía el hombre—; eres tonto. ¿Cómo vas
a poder volar, si nosotros hemos nacido para amasar el barro
con nuestros pies, para hacer nuestras casas, nuestras vasijas?
Hemos nacido para vivir en la tierra. Tienes que ser realista.
Tenemos pies y manos para trabajar y no alas para volar.
El Kollanan cóndor contestaba:
—Tienes razón,hermano, tienes razón. Ya no hablaré más del
asunto.
Se lo prometía, y volvían juntos al trabajo, silbando y cantando
para olvidarse de sus sueños. Pero cuando dormían otra vez
volvían a distanciarse: uno a soñar con las cosas de la tierra y el
otro a soñar en las alturas, con el Sol, las estrellas y la Luna.
Dicen que así era un día y otro día, hasta que una vez, cuando
volvían a casadespués de una larga faena, mientras una lluvia
tenaz y persistente mojaba el camino, el hombre descubrió con
sorpresa que las huellas que dejaban los pies de su hermano en
la tierra tenían forma de cruz, como las huellas que dejan las
patas de las aves; diferentes a las suyas. Se sintió apenado. No
le dijo nada; pero cuando lo vio beber el agua como hacen las
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aves, bajando y levantando la cabeza, se entristeció demasiado.
—¿Qué te pasa, hermano?—le dijo—. ¿Por qué te comportas de
esa manera? De un tiempo a esta parte ya no eres el mismo.
El Kollanan cóndor le respondió con alegría:
—¡Me alegra, hermano, que lo notes y que te hayas dado
cuenta, yo he nacido para el cielo! Me siento livianocomo el
aire, y mi cuerpo parece emplumado. Creo que mi voz también
tiene otros sonidos —y diciendo esto, ante la admiración del
hermano, empezó a moverse como una sombra, a levantarse
poco a poco del suelo, a volar.
El ollko, asombrado, le dijo:
—¡Hermano, si así eres feliz, qué voy a hacer! ¡Que te vaya bien!
Pero regresa, que yo siempre te estaré esperando. Has cumplido
tu deseo, tus...