El laberinto de la soledad

El laberinto de la soledad.
Octavio Paz.

EL PACHUCO Y OTROS EXTREMOS

A todos en algún momento, se nos ha revelado nuestra existencia como algo particular, intransferible y precioso. Entre el mundo y nosotros se abre una impalpable y transparente muralla, la de nuestra conciencia.
Al nacer nos sentimos solos, pero al ser niños y adultos podemos trascender esa soledad y olvidarnos de simismos a través de actividades o trabajos. En cambio el adolescente se asombra de ser y crea la reflexión que se transforma en problema y pregunta, en conciencia interrogante, ignorando las transformaciones de su rostro.

Despertar a la historia significa adquirir conciencia de nuestra singularidad, momento de reposo antes de entregarnos al hacer. No quiere decir que el mexicano sea pornaturaleza crítico, sino que atraviesa una etapa reflexiva. Lo que nos puede distinguir del resto de los países y pueblos no es siempre nuestra dudosa originalidad, sino la de nuestras creencias. En nuestro territorio no solo convivimos con distintas razas y lenguas, sino también varios niveles Históricos. La minoría de mexicanos que poseen conciencia de si no constituye una clase inmóvil o cerrada.El “pachuco” o los “pachuchos” son bandas de jóvenes, generalmente mexicanos se singularizan tanto por su vestimenta como por su conducta y su lenguaje. El pachuco no quiere volver a su origen mexicano; desea fundirse a la vida norteamericana, todo en el es impulso, nudo de contradicciones, enigma. Queramos o no, estos seres son mexicanos, uno de los extremos a que puede llegar el mexicano. Elpachuco ha perdido tanto su herencia: lengua, religión, costumbres, creencias. Solo le queda un cuerpo y un alma a la intemperie, inerme ante todas las miradas. Su disfraz lo protege y, al mismo tiempo, lo destaca y aísla, lo oculta y lo exhibe.

El pachuquismo es una sociedad abierta, el traje del pachuco no es un uniforme ni un ropaje ritual, es simplemente una moda. El pachuco sabe quesobresalir es peligroso y que su conducta irrita a la sociedad; no importa, busca, atrae la persecución y el escándalo. El pachuco parece encarnar la libertad, el desorden, lo prohibido. Algo en suma, que debe ser suprimido; alguien, también, con quien sólo es posible tener un contacto secreto a oscuras. El pachuco deja que se acumulen sobre su cabeza todas estas representaciones contradictorias,entonces, alcanza su autenticidad, su verdadero ser, su desnudez suprema, de paria, de hombre que no pertenece a parte alguna. El ciclo, que empieza con la provocación, se cierra: ya esta listo para la redención, para el ingreso a la sociedad que lo rechaza.

El pachuco intenta ingresar a la sociedad norteamericana. El pachuco se afirma un instante como soledad y reto. El pachuco se lanza al exterior,pero no para fundirse como lo que lo rodea, sino para retarlo. El pachuco no afirma nada, no defiende nada, excepto su exasperada voluntad de no-ser. El pachuco es la presa que se adorna para llamar la atención de sus cazadores. La persecución lo remide y rompe su soledad: su salvación depende del acceso a esa misma sociedad que aparenta negar. Soledad y pecado, comunión y salud, se conviertenen términos equivalentes.

El mexicano, fácil a la efusión sentimental, le rehuye, nos encerramos en nosotros mismos, hacemos más profunda y exagerada la conciencia de todo lo que nos separa, nos aísla o nos distingue. La existencia de un sentimiento real o supuesta inferioridad frente al mundo podría explicar la reserva con que el mexicano se presenta ante los demás y la violencia que hacemas profundo el sentimiento de inferioridad y soledad.

Sentirse solo no es sentirse inferior sino distinto. El sentimiento de la soledad, por otra parte no es una ilusión, sino la expresión de un hecho real: somos de verdad, distintos. Y, de verdad, estamos solos. En todos lados el hombre esta solo. Pero la soledad del mexicano es diversa a la del norteamericano, extraviado en el mundo...