El laberinto
Octavio Paz inicia su ensayo exponiendo que a todos, en algún momento, se nos ha revelado nuestra existencia como algo particular, intransferible y precioso. Casi siempre esta revelación se sitúa en la adolescencia. El descubrimiento de nosotros mismos se manifiesta como un sabernos solos. Y comenta que a los pueblos en crecimiento les sucede algo parecido. Su ser semanifiesta como interrogación: ¿qué somos y cómo realizaremos eso que somos? Muchas veces las respuestas que damos a estas preguntas son desmentidas por la historia. Despertar a la historia significa adquirir conciencia de nuestra singularidad, momento de reposo, antes de entregarnos al hacer.
Pensaba que lo que nos podía distinguir del resto de los pueblos eran nuestras creaciones, que una obrade arte o una acción concreta definen más al mexicano que la más penetrante de las descripciones. Creía al igual que Samuel Ramos, que el sentimiento de inferioridad influye en nuestra predilección por el análisis y que la escasez de nuestras creaciones era no tanto por un crecimiento de las facultades críticas a expensas de las creadoras, sino por una instintiva desconfianza acerca de nuestrascapacidades.
El autor relata que durante el tiempo que estuvo en Estados Unidos, residió en Los Ángeles, ciudad habitada por más de un millón de mexicanos y que a primera vista sorprende al viajero, además de la pureza de su cielo y sus ostentosas construcciones, la atmósfera vagamente mexicana de la ciudad, imposible de apresar con palabras o conceptos. Esta mexicanidad flota en el aire, no acabade ser, no acaba de desaparecer.
Ocurre lo mismo con los mexicanos que aunque tengan muchos años de vivir allí, usen la misma ropa, hablen el mismo idioma y sientan vergüenza de su origen, nadie los confundiría con norteamericanos auténticos y no por sus rasgos físicos, lo que parece distinguirlos es su aire furtivo e inquieto, de seres que se disfrazan, que temen la mirada ajena, capaz dedesnudarlos y dejarlos en cueros. Este estado de espíritu –o de ausencia de espíritu- ha engendrado lo que se ha dado por llamar el “pachuco”. Los “pachucos” son bandas de jóvenes que viven en el sur, generalmente de origen mexicano, que se caracterizan por su vestimenta, su conducta y su lenguaje. Su actitud revela una obstinada y casi fanática voluntad de ser y la decisión de no ser como los otros quelos rodean. El “pachuco” no quiere volver a su origen mexicano, pero tampoco desea fundirse a la vida norteamericana.
Incapaces de asimilar una civilización que los rechaza, los pachucos no han encontrado otra respuesta que su exasperada afirmación de su personalidad. Otras comunidades reaccionan de modo distinto; los negros, perseguidos por la intolerancia racial, se esfuerzan por ingresar a lasociedad, quieres ser como los otros ciudadanos. Los mexicanos han sufrido una repulsa menos violenta, pero lejos de intentar una adaptación al ambiente, afirman sus diferencias, las subrayan y procuran hacerlas notables.
El pachuco ha perdido toda su herencia, lengua, religión, costumbres, creencias. Sólo le queda un cuerpo y un alma a la intemperie, inerme ante todas las miradas. Su disfraz loprotege y, al mismo tiempo, lo destaca y aísla: lo oculta y lo exhibe. Su traje no es uniforme ni ropaje ritual, es, simplemente una moda, hecha de novedad e imitación. La novedad del traje reside en su exageración, lleva la moda a sus últimas consecuencias y la vuelve estética.
Se advierte en los pachucos una ambigüedad: por una parte, su ropa los aísla y distingue; por la otra, esa misma ropaconstituye un homenaje a la sociedad que pretenden negar. La dualidad anterior, expresada de otra manera: el pachuco es un clown impasible y siniestro, no intenta hacer reír sino aterrorizar. Sabe que sobresalir es peligroso y que irrita a la sociedad; no importa, busca, atrae la persecución y el escándalo. Sólo así podrá establecer una relación con la sociedad que provoca: víctima, podrá...
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