EL LADO BUENO DE LAS COSAS
Pat (Bradley Cooper) ha pasado ocho meses en una institución mental; una vez fuera, es tiempo de empezar de nuevo y recuperar el amor de su mujer. Entonces conoce a Tiffany (Jennifer Lawrence). Son el hambre y las ganas de comer. El interesante David O. Russell se vuelve aún más interesante ─y parece que, para la mentes pensantes que reparten los premios de laindustria, definitivamente interesante─ con “El lado bueno de las cosas (Silver linings playbook)” (ver tráiler), redefinición de la comedia dramática y romántica a partir de la novela de Matthew Quick. Seguidores de Cupido o no, recomendamos la película para cualquiera que quiera pasar un buen rato en la oscuridad de una sala. Merece la pena, y mucho
Es muy divertida, es muy rápida ─gracias en parte ala estupenda edición de Jay Cassidy y Crispin Struthers─, con una gran labor de dirección ─el cineasta tiene un estupendo estilo tras las cámaras, como ha demostrado a lo largo de toda su carrera─ y un contenido que, a pesar de moverse en el más previsible de los géneros comerciales, consigue segregar un sarcástico sentido del humor que mantiene el interés del espectador durante el desarrollo dela historia. Todos, diagnosticados o no, lo aceptemos o no, desbarramos lo nuestro. Y en esa verdad se mueve este cuento sobre taras mentales adquiridas o heredadas, sobre la aceptación personal y del otro, sobre la verdad y la mentira piadosa del amor.
Tanto la pareja protagonista ─él, fantástico; ella, espectacular─ como sus satélites ─Robert De Niro, Paul Herman, Jacki Weaver, John Ortiz,Chris Tucker, Shea Whigham, Anupam Kher─ rinden a un gran nivel, y traspasan la pantalla con la sensación de formar una familia entrañable, palpable y pintoresca por encima de sus tiranteces. “El lado bueno de las cosas” aboga, como indica el propio título, por tratar de enfocar las circunstancias de la mejor manera posible, aunque a veces haya que hacerlo de manera un tanto, digamos, forzosa. Yapuesta por el buen rollo incluso en momentos de mal rollo. Y defiende la correspondencia epistolar frente a la dependencia tecnológica. Genial.
La película empieza con el personaje de Pat saliendo de un sanatorio mental. Pat sufre trastorno bipolar y era profesor de historia en el instituto de un barrio de Filadelfia. Su enfermedad se agravó cuando tuvo un primer estallido de violencia aldescubrir la infidelidad de su mujer con un compañero de trabajo. Desde entonces tiene una orden de alejamiento y debe medicarse para contener su enfermedad, a la vez que un policía le controla sus idas y venidas y debe hacer terapia con un psicólogo. Desde entonces, su vida girará en torno a fijaciones enfermizas para recuperar a su exmujer, tales como leer compulsivamente los libros que ella enseñaen el instituto, o adelgazar a base de hacer deporte a diario con una bolsa de basura encima de la ropa, para favorecer la sudoración…
En su casa, las cosas no pintan mejor. Su padre está obsesionado con las apuestas y no puede ver un partido del equipo de fútbol local sin su ritual de manías y supersticiones, entre las que se incluye la presencia de Pat a menudo, mezclándose el empeño por ganardinero con el intento de reconciliación paternofilial. El hermano mayor de Pat es el triunfador de la familia, lo que no mejora las cosas demasiado. En medio de todo este mundo de obsesiones y neurosis, Pat conoce a Tiffany, con quien comparte enfermedad. La diferencia está en que después de enviudar Tifanny se convirtió en ninfómana, con la consiguiente pérdida del empleo. Sin embargo, la obsesiónde Pat por su exmujer es tal, que a ella solo la verá como una amiga y confidente, hecho que la subyugará por ser la primera persona en meses que no la perciba ni la trate como un objeto sexual. Conforme avance la trama, nos daremos cuenta de las cosas en común que tienen ambos, de que las fijaciones y las obsesiones no son exclusivas de las enfermedades mentales, y de que a veces la auténtica...
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