El Ladro N De Los Perdidos
Cuando volvió a abrir los ojos, no había nada, no había nada salvo oscuridad, e incertidumbre, y el miedo comenzó a embargarlo, pronto una histeria avasalladora se apoderó de su cuerpo. Sus piestemblaban, sus dientes castañeaban, su corazón palpitaba más y más rápido, el sonido ensordecedor del pulso en sus venas invadió sus oídos, y simplemente William no podía hacer movimiento alguno.
Elruido aturdidor de las calles de la ciudad comenzaba nuevamente a dejar de molestarle, después de todo, estaba acostumbrado a estar ahí día a día y noche a noche, en medio de tumultos de gente que loignoraba, probablemente debido a su aspecto, que a pesar de ser agraciado, con rasgos principescos, estaba opacado por harapos. Sus pasos lentos, pesados, su mirada algo vacía, su cabello enmarañado ypoco arreglado, lo hacían resaltar en medio de la multitud que alegre y despreocupada, celebraba reuniones sociales, y él, sólo buscaba alguna manera de pasar la noche.
No pasó mucho antes de queun caballero de aspecto llamativo y poco usual, excéntrico en vestimenta y un poco en su forma de hablar, lo detuviera. Era alguien educado y su discurso, aunque no iba a admitirlo, lo cautivó.William Parks llevó sus ojos verdosos hacia los del alto hombre que, con entusiasmo, tomaba su mano para que se le uniera en la velada, lo cual, era realmente ventajoso para el muchacho, al menos no tendríaque robar para cenar aquella noche.
Poco averiguó realmente mientras lo escuchaba, pero de algo estaba seguro, el sujeto era escritor, y por lo visto muy habiloso, después de todo, algún buen don otalento desarrollado con excelencia debía tener para poder desenvolverse como lo hacía en esa sociedad.
Aparte de un admirable carisma y gustos caros, aquel personaje que se había adueñado de sutiempo y compañía, evidenciaba una inclinación, que de haber sido Will alguien con voz o importancia, habría denunciado fácilmente a cambio de algún beneficio, pero, en aquellas circunstancias, que su...
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