el leon que tenia
Los autores primitivos, guiados por apariencias engañosas, por analogías vagas, atribuyeron a los animales cualidades y defectos queestán muy lejos de tener. La melena del león, su aspecto majestuoso, les sugirió la idea de ofrecerle el cetro y la corona de los irracionales, y lo hicieron rey, sin que él se diese cuenta de tamañadignidad ni pareciese importarle un ardite; y lo literaturizaron, y lo esculpieron en mármoles, y lo fundieron en bronces, y lo grabaron en los sellos reales, y estamparon su silueta en escudos, enbanderas, en estandartes y lo troquelaron con las monedas, a lo cual se debe por cierto, en España, que los cuartos se llamen «perros gordos» y «perros chicos», por una de esas ironías que suelenperpetuarse...
Pero vinieron los naturalistas modernos y rectificaron desdeñosamente la mayor parte de los conceptos legendarios que a las bestias se refieren. El león, tan exaltado antes, fué deprimidocon pasión: ni era valiente, ni era tan fuerte como se creyó, ni merecía en modo alguno el cetro.
Se le negó, pues, la majestad real, que casi por derecho divino creíasele otorgada, y quién estimó quedebía conferírsele al toro (que jamás mostró miedo a nada ni a nadie: que lo mismo embiste a un hombre, a un paquidermo o a una locomotora), quién pretendió que merecía la realeza el elefante, que,tras de ser el más fuerte de todos los animales, era el más inteligente y el más noble.
La verdad, en esto como en todas las cosas, a semejanza de la virtud, no estaba en los extremos, sino en elmedio; in medio stat veritas. El león no era ciertamente el más fuerte de los animales; pero poseía algo merecedor de la realeza con que lo habían obsequiado los antiguos, algo que muchos hombres,muchísimos, suelen no tener: la dignidad.
De ello ha dado pruebas en ocasiones muy diversas, y últimamente yo he sabido un hecho que ha aumentado notablemente mi estimación por el viejo rey, moviéndome,...
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