El Libro De La Historia De Una Esposa Ejemplar
Me llamo Paulina, y esta es mi historia:Siempre fuí la típica niña bien, de clase alta, estudié en el MaryMount de Bogotá, hija única (mi mamá después de tenerme sequedó sin la posibilidad de tener más hijos). Después entré a laJaveriana y terminé Derecho, haciendo finalmente una Maestría enBoston; esto me abrió las puertas para trabajar en una importanteauditora. Aparte,con las palancas de mi papá, gané desde el principio un buen sueldo. A mi esposo Sebastián, lo conocí a los18 años, se puede decir que era el amor de mi vida, mide 1.82cms, pelo castaño, buen cuerpo, es Ingeniero y trabajaba por aquellas épocas en una Multinacional. Nos casamos cuandocumplimos los 25. Yo nunca había estado con otros hombres, y alos 10 meses de matrimonio tuve un niño. Se puededecir queéramos la familia perfecta, vivíamos en un apartamento divino enLos Rosales, teníamos muchacha, hacíamos el amor cada 15 días,los domingos íbamos a almorzar donde nuest ras familias, ETC...Yo sabía llevar la vida profesional con la familiar de maneraejemplar: me levantaba a las 6:30 A.M. a bañar el niño, vestirlo,darle el desayuno y llevarlo al Jardín. A las 6 de la tarde lo recogíay lollevaba al parque a jugar, o nos íbamos al apartamento y me ponía a hacer la comida. También limpiaba lo que la empleada delservicio no dejaba bien. Después del parto, me dí cuenta que laregla no me llegaba de forma puntual cada mes sino que seretrasaba o se anticipaba. Esto me preocupaba porque quería tener otro bebé dentro de un par de años y no sabía si podría. Unseptiembre, después de vacaciones,decidí ir al ginecólogo, sinsaber que esto me cambiaría la vida de forma irreversible...Cuando ví por primera vez a Diego (así se llama), me quedé comohipnotizada, era un hombre que mediría 1.90, pesaría unos 80Kilos, pelo negro engominado, morenito, de unos 40 años, ojosazules; en fin, mi marido que no estaba mal, era del montón encomparación a éste hombre!. Le conté cual era mi problemamientrasme miraba de forma penetrante, luego procedió a
realizarme las típicas preguntas de un reconocimiento médico. Yocontestaba pensando en que en algún momento me iba a tener quedesvestir delante de él, mientras se me humedecía mi ropa interior.
Edad? 28 años
.
Casada? Sí.
Me pesó y me talló: 51 Kilos, 1.72metros. "Estás muy delgada", dijo secamente. Me preguntó sitomaba pastillas y le dijeque no. También si fumaba o tomaba:"No he fumado nunca en mi vida, pero de vez en cuando sí metomó uno que otro cóctel". Me mandó a desvestir detrás de un biombo y luego a que me recostara sobre la camilla ginecológicacon la piernas abiertas. Sentía que me estaba empapando...Supongo que sería por la situación y porque el tipo estaba buenísimo. Creo que él se dió cuenta rápido de mi situaciónyempezó a tocarme con unos guantes de látex. Me metió la mano por la vagina y el culo (todavía vírgen); me dí cuenta que meestaba masturbando pero no dije nada. Usaba las manos deforma impresionante, estuvo así unos 10 minutos, tuve variosorgasmos, y sacó una muestra del fluido vaginal para analizarlo."
Todo está normal, puedes vestirte
", concluyó. Me mandó ahacer unos exámenes de sangre y unamamografía, diciéndomeque volviera cuando tuviera los resultados. Cuando salí delConsultorio, me dí cuenta que jamás en mi vida había disfrutadotanto, sólo fueron 10 minutos y tuve los tres mejores orgasmosde mi vida!. En los días que pasaron mientras me hacía las pruebas no podía dejar de pensar en él, en el trabajo, en el hogar y en cualquier actividad cotidiana. Esos días hice con másfrecuencia ypasión el amor con mi marido pero pensando en elginecólogo. Estaba ansiosa por volver a la consulta. A losquince días volví, vestida de una forma más llamativa que la primera vez y con una ropa interior que le daba más contorno amis atributos. Él miró las distintas pruebas y dijo que todoestaba bien y de acorde a una persona sana que nunca habíacometido excesos. Luego me mandó a desvestir y a...
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