EL LIBRO SALVAJE
La separación
Voy a contar lo que ocurrió cuando yo tenía 13 años. Es algo que no he podido olvidar, como si la historia me tuviera tomado del cuello. Puede sonar extraño, peroincluso siento las "manos" de la historia sobre mí, una sensación tan precisa que hasta sé que se trata de manos con guantes. Mientras la historia sea un secreto, me tendrá prisionero. Ahora que comienzoa escribir experimento un ligero alivio. Las "manos" de la historia siguen sobre mí, pero un "dedo" ya se ha soltado, como una promesa de que estaré libre cuando termine. Todo empezó con un olor apuré de papa. Mi madre hacía puré cuando tenía algo de qué quejarse o estaba de mal humor. Trituraba las papas con más esfuerzo del necesario, con verdadera furia. Eso la ayudaba a relajarse. A mí siempreme ha gustado el puré de papa, aunque en mi casa tuviera sabor a problemas. Aquella tarde, en cuanto olí el vapor que salía de la cocina, fui a ver cómo estaban las cosas. Mi madre no advirtió mipresencia a los 13 años que yo era un niño, me habría puesto furioso. Yo me sentía como un hombre joven. Mi conejo de peluche estaba ahí porque le tenía cariño. Pero podía dormir sin él y podíadefenderme solo. Ni siquiera cuando tenía el "sueño escarlata" me lo llevaba a la cama. El conejo me miraba desde su rincón, con un ojo más bajo que el otro. No le pedía ayuda pero pasaba mucho tiempo antes deque pudiera volver a dormirme. En las noches de pesadilla despertaba con mucha sed. Si ya me había acabado el agua que mi madre colocaba en el buró, no me atrevía a ir a la cocina, como si ése fuerael lugar del "sueño escarlata". Entonces trataba de distraerme con los países del mapamundi. Mi favorito era Australia, pintado del color de un chicle bomba. Mis tres animales preferidos eranaustralianos: el koala, el canguro y el ornitorrinco. Lo que más me gustaba de los koalas era la forma en que se sostenían de los árboles. Me abrazaba a la almohada, como si fuera un koala, hasta quedarme...
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