EL LIGUE ES UN JUEGO

Verdaderas señales de que le gustas
Al igual que el futbol, el ping-pong, los Angry Birds o el mismo Monopoly, uno de los juegos más divertidos que se haya inventado es el del ligue. Ese momento en el que recurrimos a nuestro lado animal, a esa parte intuitiva y perspicaz, para conquistar a alguien. Resulta un gran entretenimiento el estar en un espacio, rodeado de otros de la misma especie,poner los ojos sobre un objetivo específico y ejecutar un buen número de maniobras hasta que sea nuestro.
Las únicas señales que debieran importarnos son las acciones / Foto: Thinkstock
Aprender a jugarlo, es casi tan divertido como el juego mismo, no obstante, mucha gente se pasa la vida tratando de analizarlo; hace un sin fin de especulaciones y termina sufriéndolo más de lo que debería. Si tansolo aprendiéramos a disfrutar de la incertidumbre, dejaríamos de escuchar las típicas cantaletas sobre lo desagradable que son los juegos del cortejo y sería una mejor experiencia para los involucrados.
Mi amiga Laura siempre ha tenido muy claro que para poder encontrar el amor, antes tiene que probar de todo, y ha tratado por años de descifrar el lenguaje de la seducción. Hace poco, en unafiesta, me abordó para saber mi opinión sobre un nuevo tipo que le gustaba. Había cortado con su novio tras una serie de dilemas románticos y ahora se sentía lista para entrar de nuevo al juego.
—Es una cuestión compleja —me dijo aquella noche—. Necesito que me pongas mucha atención.
—Soy todo oídos —le respondí.
—La cosa está así: Erasmo...
—¿Se llama Erasmo?
—Sí, no te burles —recriminó—.Erasmo es un compañero de mi oficina, es muy guapo y carismático. Es ligeramente más grande que yo y tiene mucha onda. Es muy atento cuando nos cruzamos por los pasillos; me saluda y me hace plática. El otro día, a la hora de la comida, nos sentamos en la misma mesa.
—¿Solos? —la interrumpí.
—No, había otros amigos —contestó imaginando la posibilidad y potencial de que no hubiera sido así—. Bueno,siempre platicamos de música y de películas y él me cuenta que está en un equipo de frisbee.
—¿Está en un equipo de frisbee? Entonces es medio hippie —deduje yo.
—Sí, y es muy apasionado. El punto es que no hay día en que no platique con él. Mi pregunta es...
Permanecí en silencio expectante.
—¿Crees que le gusto? —concluyó.
—Nunca en mi vida lo he visto, ¿cómo voy a saber si le gustas?—respondí.
—Bueno, es que tú eres hombre y sabes de esas cosas —dijo Laura.
La duda de mi amiga es tan común como válida. Mujeres y hombres hacemos hasta lo imposible por interpretar las señales —incluso cuando éstas no existen— que nos manda la persona que nos interesa, con el único afán de encontrar el amor o, al menos, alguien regular con quien pasar la noche.
Las señales entre individuos son unmecanismo de comunicación discreto que empleamos, a veces consciente y otras no tanto, para notificarle a alguien más que estamos interesados en ellos. Son una manera de evadir la realidad tajante que nos esperaría si fuéramos más frontales y expresáramos nuestro sentir de una forma directa. No hay una ciencia ni una escuela para aprender cómo descodificarlas, leerlas y actuar sobre ellas. Para talfin, tendríamos que ser capaces de entrar en la cabeza del otro y escuchar sus verdaderas intenciones.
Esa noche con Laura le pregunté algo para ayudarla a comprender mejor el estatus de su situación afectiva con el tipo que le gustaba de su trabajo.
—¿Ya te invito a salir?
—No —respondió Laura preocupada.
Las únicas señales que debieran importarnos son las acciones. Como decía mi abuelita, “lagente puede decir misa”, pero está en su actuar diario, en lo hecho por sus actos, donde descansan sus verdaderas intenciones. De nada sirve que alguien esté enamorado si no tiene los pantalones para demostrarlo. Creo que esta condición también se refleja en el amor de pareja, en los noviazgos y las relaciones serias. Decir “te amo” pierde cualquier validez y sinceridad si no se manifiesta en...