El Lobo Sí Se Viste De Oveja
El lunes siguiente sentía vergüenza de acercarme al lobo, pese a esto me atrapó en alguno de los pasillos y con un gran beso de telenovela me saludó. Los días siguieron tal cual el primero, conversábamos y también compartíamos un poco de saliva. Era muy encantador y tierno, sin mencionar lobien que se comportaba conmigo, jamás una falta de respeto, todo era fantástico. Yo estaba muy entusiasmada y creía que él pensaba igual, aunque ahora me doy cuenta de que no era así.
Yo feliz escuchaba todas las cosas que me decía, y eran muchas, me contaba sobre su familia, relaciones anteriores, amigos y otros tales como, noticias, películas, en fin, tenía mucho que expresar. Y así fue comocada vez comencé a tomarle más aprecio.
Cuando todo me parecía perfecto, con apenas dos meses de relación, de la nada el lobo me pidió que termináramos, la relación había llegado a su punto culmine, pero en ese momento no lo entendí. Desilusionada acepté, a decir verdad no tenía otra salida. Mis días siguieron normales, continué con mi vida y me entregué por completo a mis estudios que estabanpasando por una de sus peores crisis, pero aun así seguía pensando en el lobito. Mi mamá, que siempre me ha apoyado trataba de consolarme en vano. Así fue mi vida por el mes siguiente y un día de la nada este lobito se me acercó y casi por obligación me besó como un adolescente impetuoso que es y seguirá siendo. Debo confesar que no me obligó y le correspondí en seguida. Rendida, nuevamente, caí en sugarras aparentemente inofensivas por dos cortas semanas, ¿el problema? Su actitud, cuando quería me saludaba, a veces me esquivaba y, en fin, no mostraba estar entusiasmado como yo, era una persona distinta a la que yo había conocido. Cuando le propuse un nuevo fin no se opuso. Pero de ahí mi dolor, sentí que lo perdía nuevamente y esta vez por mi culpa. Pasé alrededor de un mes y medio tortuoso,quería volver a estar junto a él.
El aniversario del colegio, como todos los años, se celebró con una fiesta, ahí estaba el lobo y también yo. Nada sucedió durante el día, pero cuando llegó la noche no pude resistir y caía otra vez en sus poderosas redes. Lamentablemente, sólo fue un beso y todo quedó hasta ahí. Pero algo había cambiado, mi amor propio estaba cada vez más bajo. Se preguntarán enqué pienso, de echo ni siquiera yo sé en que pensaba, incluso hasta el día de hoy.
Para retomar la idea debo confesar que lo evadía, trataba de no toparme con él bajo ninguna circunstancia, sin embargo, un día me mandó a llamar. Con cero amor propio me acerqué al lobo para saber que se le ofrecía y a medida que me aproximaba una llamita de esperanza crecía en mi corazón. El lobo en su faceta...
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