El Loco Y La Triste

El loco y la triste

Juan Radrigán

Christian Daniel Urrutia Aldana

Personaje: Huinca

De una vez que la muerte amaneció en mi hermana, por allá cerca de la unión. Como no lapoíamos velar en el camión, tuvimos que pasiarla con toa su muerte por el pueblo; hasta que un viejo los emprestó una pieza donde guardaba las coas p`al invierno. Mi acuerdo qu` estaballoviendo a chusos y por las rendijas entraba un frio que los llegaba a poner morás las manos y la cara. Cuando ya´stabamos medio congelaos los dueños de la casa prendieron unbrasero y se quedaron con nosotros. Pero como era la primera vez que veían un velorio tan rasca, los pegaban unas miras de lobos, y a cáa rato le decían a mi taita: “los velorios de poraquí son con guitarra, con comía”. Mi taita se hacia el leso, o les mostraba mi mamá que no paraba de mirarle la muerte a mi hermana. ¿No vis que todos saben que p´al otro lao hay queirse contento? Güeno, la cuestión jue qu` estaba amaneciendo, cuando una vieja flaca como un cuchillo, se paró y puso una tetera al medio de las brasas. Pero la alegría los duró repoco, poque cuando hirvió l´ agua la vieja mandinga se mandó como diez mates seguidos, y después empezó a cebarle al viejo y a un huasteco re grande, que había io creyendo que lacuestión era con fiesta asi que justo cuando los tenía que tocar a nosotros se acabó l´ agua. Después, cuando puso más y´stuvo lista, alos perlas les había entrao la sé otravé ypaso la misma cosa. “los velorios velorios de por aquí son con guitarra, con comia”. Decían enojados, mientras soplaban el matecito pa tomárselo. Pucha yo creo que de entonces se mequeó pegá esta sé tan grande aentro. Chita que pasamos cuestiones con los viejos… ¿por aonde andarán ahora?... ¿ te imaginas cuando yo ande por ahí y vea el camión a lo lejos