El Lole

DE IDOLOS Y OTRAS YERBAS.
Dolido todavía por la eliminación de Argentina de la Copa América, sin merecerlo en mi opinión, aunque los goles no se merecen y para ser campeones debemos agregar al buenjuego una cuota de suerte, me indigné con la mediocridad de nuestro periodismo deportivo, buscando hacer leña del árbol caído y desmitificar al mejor jugador del mundo para todos, menos para nosotrosllamado Leonel Messi. Que no siente la camiseta, que no canta el Himno, y otra sarta de disparates que si fuera Messi, pondría en duda mi continuidad defendiendo la camiseta Argentina, pero sé queel llora y la siente como el más argentino de los argentinos.
Colgamos pancartas de regreso de Diego Maradona (a otro que le dimos con tutti) a la Dirección Técnica de la Selección, cuando hace menosde un año, lo criticábamos por la eliminación luego del 0-4 ante Alemania, del Mundial Sudáfrica 2010, y así al mostrar nuestro exagerado exitismo, también mostramos nuestro peor defecto, el eternoinconformismo y la de creernos los mejores en todo.
Y esta circunstancia, me llevó a recordar mis tiempos de juventud, cuando yo también tuve un ídolo que sin tener la trascendencia de Messi, nunca fuevalorado en su debida forma y me estoy refiriendo a Carlos Alberto Reutemann, El “Lole”.
El eterno segundo, se va al mejor equipo y pierde, es frío y calculador, y otros comentarios, esgrimían losperiodistas de turno para descalificar una gran campaña realizada por Lole en la Fórmula 1 y que estuvo signada por sinsabores y falta de fortuna.
Podría haber idolatrado a Carlos Monzón, GuillermoVilas, a Sui Generis o The Beatles, pero cada domingo por medio a las 8 de la mañana me levantaba a ver las carreras por el viejo canal 7, luego ATC, donde corría el Lole y los martes, por supuesto,correr al Kiosco a retirar la revista Corsa, donde se reflejaban los acontecimientos ocurridos en el Gran Premio del domingo anterior y las alegrías o frustraciones ocurridas con mi “pollo”.
Debuta...