El Ltimo Don
Ésta es la historia de la última gran familia de la Mafia, los Clericuzio. Un año después de cometer el acto más
salvaje de su vida, Don Clericuzio, el último Don, decide que la nueva generación, la de sus nietos recién
bautizados, viva libre de la carga criminal de la Mafia. Desde su espectacular jardín de Long Island, el Don
controla negocios de Las Vegas y de Hollywood con los que puedelegitimar su fortuna. Sin embargo, existen
dos problemas que el Don no puede ignorar. Primero, sólo hay una cosa que la familia Clericuzio sepa hacer
bien: matar. Y segundo, que el mundo ya no es tan sencillo: hay honor entre ladrones y maldad entre hombres
supuestamente honorables.
Mario Puzo
El último Don
ePUB r2.0
GONZALEZ 24.02.13
Título original: The Last Don
© 1996, Mario Puzo
Traducción deMaría Antonia Menini
Diseño/retoque portada: Elvys
ePub base r1.0
A Virginia Altman y Domenick Clericuzio.
PRÓLOGO
QUOGUE, 1965
El Domingo de Ramos, un año después de la gran guerra contra los Santadio, Don Domenico Clericuzio celebró el
bautismo de dos bebés de su propia sangre y tomó la decisión más trascendental de su vida. Invitó a los jefes de las
familias más importantes deNorteamérica y también a Alfred Gronevelt, propietario del hotel Xanadu de Las Vegas, y a
David Redfellow, creador de un vasto imperio de la droga en Estados Unidos.
Ahora Don Clericuzio, jefe de la más poderosa familia mafiosa de Norteamérica, tenía previsto abandonar ese poder, al
menos oficialmente. Ya era hora de cambiar de estrategia porque el poder visible era demasiado peligroso, aunque el
abandonodel poder también resultaba peligroso en sí mismo. Tendría que hacerlo con la máxima benevolencia, con
buena voluntad personal y en las condiciones que él mismo pusiera.
Quogue tenía una superficie de ocho hectáreas y estaba cercada por un muro de ladrillo rojo de tres metros de altura,
protegido a su vez por una alambrada de espino y unos sensores electrónicos. Además de la mansión principal, lafinca
albergaba las residencias de sus tres hijos y veinte casitas para empleados de confianza de la familia.
Antes de la llegada de los invitados, el Don y sus hijos tomaron asiento alrededor de una blanca mesa de hierro forjado,
en el jardín de plantas trepadoras de la parte posterior de la mansión. Giorgio, el mayor, tenía veintisiete años, era muy
taciturno y poseía una inteligencia un tantoespecial y un rostro impenetrable. El Don informó a Giorgio de que tendría
que matricularse en la Escuela de Estudios Empresariales de Wharton. Allí aprendería todas las triquiñuelas necesarias
para robar dinero sin rebasar el ámbito de la legalidad.
Giorgio no discutió con su padre, no merecía la pena, eran demasiado parecidos. Era un joven de elevada estatura y
cuerpo tan desgarbado como el de uncaballero inglés, que él adornaba con trajes confeccionados a la medida y un
bigotito sobre el labio superior. Asintió con la cabeza en gesto de obediencia.
El Don se dirigió después a su sobrino Joseph de Lena, llamado Pippi. El Don amaba a Pippi, tanto como a sus hijos, pues
además de los vínculos de sangre (Pippi era hijo de su difunta hermana), el joven era el gran general que habíaconquistado a los salvajes Santadio.
—Te irás a vivir permanentemente a Las Vegas —le dijo—. Cuidarás de nuestros intereses en el hotel Xanadu. Ahora que
nuestra familia se está retirando de las operaciones, aquí no habrá demasiado trabajo. No obstante seguirás siendo el
Martillo de la familia. Vio que Pippi no parecía muy contento y comprendió que tendría que darle alguna explicación. Tu
mujer, Nalene, nopuede vivir en el ambiente de la familia, no puede vivir en el Enclave del Bronx. Es muy diferente. Ellos
no la aceptan. Tienes que construir tu vida lejos de nosotros.
Eso era cierto, aunque el Don tuviera otro motivo. Pippi era el gran héroe de la familia Clericuzio, y si seguía ocupando su
puesto de alcalde del Enclave del Bronx acabaría siendo demasiado poderoso para los hijos del Don...
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