El mal viaje
Dos amigos del barrio, Juan y Enrique, veinteañeros y estudiantes universitarios, han dejado algunos meses de verse. Quedan en reencontrarse en un restaurante yluego de almorzar y tomarse unas cervezas, ven a una amiga común. La invitan a la mesa, departen un rato, hasta que deciden separarse. La acompañan a su casa y de vuelta, en elautobús, una tropa de soldados detiene el tránsito. Es una batida de rigor, acto cotidiano en los noventa, que dará inicio a una pesadilla.
La historia está relatada encapítulos alternados que nos permiten, desde el inicio, ingresar al mundo interior de cada uno de los personajes principales y, además, al acelerado estado de angustia que sufrensus familias. Este registro paralelo es trazado con pulso narrativo sereno e intenso. Pronto la novela teje una trama algo compleja, que no se sustrae de otras preocupacionescomo la discriminación social y el morbo, y gana una profunda dimensión humana.
"Uno de los civiles se desvistió muy despacio y tomó su lugar en la pared. Tenía unacicatriz espeluznante que le cruzaba todo el torso, desde debajo de la garganta hasta el principio del vello púbico. Era una cicatriz queloide, ancha y deforme. Por algunos sectoresse notaba que aún estaba en proceso de cicatrización. Era fácil percibir algunas áreas infectadas que por momentos supuraban cristales de pus. El doctor se detuvo frente a él ylo observó con cierto interés."
Es el cuerpo de un muchacho que, dice el narrador, requiere de un hospital. Pero igual lo mandan a combatir, porque "necesitamos cubrir elcupo". En la cita tenemos una muestra de la buena escritura de Galloso, quien después de Tres días para Mateo -una novela de aprendizaje- no deja literariamente de crecer.
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