El malestar en la cultura -freud

El Malestar en la Cultura
1929 (1930)

FREUD, Sigmund. En: Obras Completas, Buenos Aires, Editorial Losada, 1997. p 3017 – 3067.

Materia a Cursar: Historia de la Psicología

El tema principal que plantea Freud en “El malestar en la cultura” es el irremediable antagonismo entre las exigencias pulsionales y las restricciones impuestas por la cultura. Mientras la cultura intenta instaurarunidades sociales cada vez mayores, restringe para ello el despliegue y la satisfacción de las pulsiones sexuales y agresivas, transformando una parte de la pulsión agresiva en sentimiento de culpa. Por eso, la cultura genera insatisfacción y sufrimiento.
Freud comienza a relacionar la religión con una ilusión, pues un amigo le ha indicado que ésta supone un sentimiento que preferiría llamarsensación de “eternidad”, sin límites y sin barreras, el cual es puramente subjetivo. Se trataría de una inseparable pertenencia con el mundo exterior. En su criterio, Freud no puede convencerse de tal sentimiento, pero por ello no niega su presencia en otros, e intenta una explicación psicoanalítica del mismo.
Para dilucidar el origen de este sentimiento, debemos embarcarnos en el análisis del yo.Se suele partir de la consideración de nuestro yo (consciente) como algo definido y demarcado, especialmente del exterior, pero su límite interno no es tan claro, ya que se continúa con el ello (inconsciente), al que sirve como fachada. El lactante no tiene tal demarcación. Empieza a demarcarse del exterior como yo-placiente, diferenciándose del objeto displacentero que quedará 'fuera' de él.Originalmente, el yo lo incluía todo, pero cuando se separa o distingue del mundo exterior, el yo termina siendo un residuo atrofiado del sentimiento de ser uno con el universo, antes indicado. El yo parece afirmar unas fronteras claras; solo las pierde en un estado que, si bien extraordinario, no puede ser tachado de patológico: en la culminación del enamoramiento amenaza esfumarse el límite entreel yo y el objeto. El enamoramiento afirma que el yo y tú son uno, y está dispuesto a comportarse como si realmente fuese así. Así como esto aparece puede ser trastornado por procesos patológicos. La patología nos demuestra gran números de estados donde se torna incierta demarcación del yo frente al mundo exterior, o donde los limites llegan a ser confundidos (pensamientos, percepciones,sentimientos) aparecen como si fueran extraños y no pertenecientes al yo. De esta manera podemos decir que el sentimiento yoico está sujeto a trastornos, y los límites del mundo exterior con el yo no son inmutables.
Este sentido yoico del adulto no puede haber sido el mismo desde el principio, sufre cierta evolución, imposible de demostrar, pero se la puede reconstruir con cierto grado de probabilidad.El lactante todavía no discierne su yo del mundo exterior, como fuente de sensaciones que le llegan, lo aprende por influencia de diversos estímulos. El hombre aprende a dominar en procedimiento que, mediante la orientación de los sentidos y la actividad muscular adecuada, le permite discernir lo interior (perteneciente al yo) de lo exterior (originado por el mundo), dando así el primer pasó haciala entronización del principio de realidad, principio que habrá de dominar toda la evolución ulterior.
Tal como nos ha sido impuesta, la vida nos resulta demasiado pesada, nos depara excesivos sufrimientos. El sufrimiento nos amenaza por tres lados: desde el propio cuerpo (decadencia, muerte), del mundo exterior (fuerzas destructoras e implacables), la relación con los semejantes (sufrimientomás doloroso, que tendemos a considerarlo a veces como una adicción). Para soportar esto, no podemos pasarnos sin lenitivos, los que hay tres tipos: distracciones poderosas que nos hacen parecer pequeña nuestra miseria (cultivar, actividad científica), satisfacciones sustitutivas (arte), narcóticos los cuales influyen sobre nuestro organismo y modifican el quimismo.
En muchas ocasiones se ha...